Tecnología educativa

Inteligencia Artificial y Automatización: Un nuevo paradigma en la intersección de ciencia

El avance de la inteligencia artificial (IA) y la automatización está redefiniendo el panorama de la ciencia, la tecnología y la sociedad. En este articulo nos sumergimos en el impacto de estos avances, inspirándonos en las teorías de Kuhn sobre cambios de paradigma, y examinando la interacción entre la IA y las estructuras sociales, éticas y económicas.

En la cúspide de una era definida por revoluciones tecnológicas, la inteligencia artificial y la automatización emergen como catalizadores de un cambio de paradigma sin precedentes. Siguiendo las ideas de Thomas Kuhn, este análisis propone que la IA y la automatización no solo representan avances tecnológicos, sino también cambios fundamentales en los paradigmas que rigen nuestra comprensión de la ciencia, la tecnología y su relación con la sociedad. Realizaremos un breve recorrido sobre ejes que seguiremos desarrollando en otras publicaciones.

Kuhn, en su obra seminal «La Estructura de las Revoluciones Científicas», argumentó que la ciencia avanza a través de revoluciones paradigmáticas. La IA y la automatización ejemplifican esta teoría. Hemos pasado de un enfoque en la lógica determinista a sistemas que aprenden y evolucionan, marcando un cambio de un paradigma centrado en el ser humano a uno donde la máquina se convierte en un actor crítico en la red de conocimiento.

Incorporando la Teoría del Actor-Red de Bruno Latour, podemos reconocer a la IA y la automatización como actores no humanos en una red de interacciones complejas. Estos actores interactúan no solo con humanos, sino también con otros sistemas, influenciando la percepción humana y el proceso de toma de decisiones. Esto tiende a generar un impacto en nuestra cosmovisión y redefine la forma en que percibimos y nos relacionamos con el mundo, un fenómeno que merece una exploración más profunda.

La interacción de los sistemas de inteligencia artificial con humanos, mediante las consultas, los input y output de datos, podrían impactar en la forma en que los seres humanos perciben y conciben el mundo. Como dije anteriormente, estos sistemas a su vez interactúan con sistemas que no son humanos, como es el caso de sensores y otros dispositivos tecnológicos que le permiten recopilar, procesar y dar respuesta a los datos.

Estos cambios, encarnados en la periodicidad diacrónica y sincrónica de la historia, nos habilita para observar cómo se fueron gestando los acontecimientos en el devenir de este campo, en el marco de la ciencia, tecnología y sociedad y, a su vez,   proyectar escenarios posibles.

Es innegable que la interacción con sistemas de IA afecta los métodos de aprendizaje y enseñanza, la toma de decisiones personales y profesionales, la percepción social y cultural.  Esta premisa se irá contemplando a lo largo del tiempo, con lo cual, nuestra interacción crítica y reflexiva, nuestro sentido común, deberían acompañar este proceso.  

A su vez necesitamos indicar que los beneficios son muy interesantes a la hora de la observación y el análisis en tareas repetitivas en todos los campos.

Los contextos sociales y culturales en los que se desarrollan generan su propia impronta En Europa, por ejemplo, la preocupación por la privacidad y la ética ha moldeado el desarrollo de la IA, mientras que, en Estados Unidos, el debate sobre el sesgo algorítmico y el desempleo tecnológico influye en la percepción pública y la legislación. Estos ejemplos subrayan cómo la IA no es simplemente un producto de laboratorio, sino un fenómeno social arraigado en el tejido cultural y político.

Con la creciente integración de la IA en nuestras vidas, emergen cuestiones éticas significativas. ¿Cómo garantizamos que la IA respete los derechos humanos y la dignidad? La UNESCO, en su recomendación sobre la ética de la IA, proporciona un marco para abordar estas cuestiones, enfatizando la importancia de alinear el desarrollo de la IA con los valores humanos universales.

La inteligencia artificial está transformando el mercado laboral, planteando preguntas sobre el futuro del trabajo. ¿Cómo nos preparamos para un mundo donde la IA realiza tareas que anteriormente requerían intervención humana? Este cambio exige un replanteamiento de nuestras estrategias educativas y laborales, preparando a la sociedad para un nuevo paisaje económico.

Explorar los avances recientes en IA, como el aprendizaje profundo y la IA generativa, es crucial para predecir futuros desarrollos. Estas tecnologías emergentes no solo mejoran nuestras capacidades actuales, sino que también plantean nuevas preguntas y posibilidades para la investigación futura.

La educación y la participación pública son fundamentales para formar el futuro de la IA y la automatización. Preparar a las generaciones futuras y fomentar un diálogo público informado asegurará que estos avances tecnológicos se utilicen de manera ética y beneficiosa para la sociedad.

La inteligencia artificial y la automatización representan mucho más que simples avances tecnológicos; son catalizadores de un cambio de paradigma que afecta todos los aspectos de nuestra sociedad. Desde la ética hasta la economía, y desde el ámbito cultural hasta el regulatorio, estos avances nos desafían a reconsiderar y redefinir nuestra relación con la tecnología. Como académicos, nuestra tarea es no solo seguir el ritmo de estos desarrollos, sino también guiarlos hacia un futuro que respete y mejore la condición humana.

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Mercedes Ponzio

Maestranda en Gestión de la Ciencia, Tecnología y la Innovación. Licenciada y Profesorado en Ciencias de la Educación Universidad Nacional de Luján. Desarrollo e implementación de Gestión de proyectos de Innovación

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