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La evaluación formativa: estrategias eficaces para regular el aprendizaje

Reseña del libro “La evaluación formativa: estrategias eficaces para regular el aprendizaje” de Mariana Morales y Juan Fernández (editorial SM, 2022)

Muchas veces los docentes tenemos el chip incorporado de la infancia, y traemos a las aulas aquello que hemos vivido poniendo en juego los recuerdos y haciendo transferencia amparados en el discurso de “cuando fui a la escuela me lo enseñaron de esta manera, entonces como sirvió lo hago igual”. Y la verdad aquello que experimentamos, debe ser repensado, porque fue valioso y necesario para una generación con una historia e impronta específica que daba respuesta a un modelo pedagógico centrado en las necesidades laborales del momento.

Quienes se dedican a estudiar a la sociedad, están marcando que ésta, está transitando un cambio paradigmático, estamos (por la influencia de la comunicación y las nuevas tecnologías) frente a un nuevo paradigma y claramente está que la escuela de hoy  debe ayornarse y modernizarse  para  acompañar el desarrollo de los alumnos que  deben prepararse para el futuro.

¿Qué características son las evidentes del contexto social actual?, nos estamos enfrentando diariamente a una sociedad volátil, incierta, compleja y ambigua, por lo cual, la enseñanza debe estar centrada en el desarrollo de competencias y habilidades como: resolución de problemas, pensamiento crítico, aprender a aprender, compromiso y responsabilidad, trabajo con otros, y comunicación.

Para llevar a cabo este desafío, no se puede enseñar como hace treinta años atrás, y tampoco evaluar de la misma manera.

Esto implica cambiar la mirada y la cultura institucional en un giro de 180°, cambiar las prácticas de enseñanza y también las prácticas evaluativas.

Todas las instituciones educativas, independientemente del nivel y modalidad, tienen como finalidad llevar a cabo los procesos de enseñanza y aprendizaje, los cuales  no están disociados, si no que están entrelazados a través  del proceso de evaluación.

Hablar de la evaluación en los procesos de enseñanza –aprendizaje supone tener en cuenta diferentes elementos y momentos para que ello ocurra. Este viaje debe estar preparado y planificado desde el inicio por  parte de los docentes teniendo en cuenta los objetivos que perseguimos y qué criterios nos servirán como referencia para conseguir  nuestra meta.

Para tal fin, la evaluación formativa se considera como uno de los procesos con mayor impacto en el aprendizaje de nuestro alumnado (Hattie 2017) y que supone reflexionar sobre el qué enseñamos, para qué enseñamos y cómo lo enseñamos.

El libro “La evaluación formativa: estrategias eficaces para regular el aprendizaje” de Mariana Morales y Juan Fernández (editorial SM, 2022) realiza un recorrido de cómo llevar a cabo este proceso y que supone una transformación paradigmática dentro de la institución.

En el prólogo, Neus Sanmarti, reflexiona sobre la función de la evaluación dentro del ámbito educativo haciendo hincapié en la finalidad del libro que es ayudar a repensar sobre el papel de la evaluación dentro de la cultura institucional, para ello destaca cuatro aspectos o pilares  importantes: motivación, retroalimentación, modelización y comunicación.

Para desarrollar el concepto de” evaluación formativa”, los autores presentan ocho capítulos agrupados en tres bloques.

En el primer bloque “para qué evaluar”, hacen la diferencia entre la evaluación sumativa y la evaluación formativa, de lo cual, proponen una reflexión profunda sobre los quehaceres referidos a la evaluación por parte del docente como así también la mirada y el rol de los estudiantes dentro del proceso de aprendizaje.  Definen entonces  la función de la evaluación formativa y comienza así un camino de transformación donde invita a toda la comunidad a ser protagonista, o sea: la evaluación toma un rol importante en la vida escolar, no solo como una forma meramente burocrática para acreditar, si n o como para ser tomada como una habilidad.

“La evaluación formativa como promotora de crecimiento” es el título que da lugar al segundo bloque que consta de tres capítulos.

Los autores exponen  el propósito de evaluar de manera formativa como promotora de cambio, proponen una articulación entre los directivos, docentes  y alumnos donde el feedback, es el instrumento por excelencia, para lo cual ponen al servicio del lector ideas clarificantes de cómo dar una devolución de manera que la misma promueva el crecimiento del otro, la idea principal es mantener una motivación constante sobre el aprendizaje, que éste se lleve a cabo no por la mera nota para acreditar  y promocionar la cursada si no como forma de transformación, siendo el aprender a aprender una habilidad indispensable a ser adquirida y desarrollada.

A partir del  tercer bloque, “una brújula para aprender” orienta al lector refrescando los conceptos relacionados a los objetivos de aprendizaje y los criterios de evaluación proponiendo diferentes casos y ejemplos donde uno se siente identificado y sabe que se lleva a cabo en algunas oportunidades en las instituciones.

En los primeros párrafos del artículo hablábamos de las nuevas habilidades que se deben desarrollar en los alumnos, es en el capítulo siete, donde los autores nos llenan de estrategias basados en los pilares que proponen en esta obra: feedback, motivación y metacognición, autoevaluación y coevaluación y los cuales  consideramos prácticas irrenunciables dentro del proceso de la evaluación formativa.

 Por último, en este tercer bloque, los autores dedican el último capítulo a mejorar la evaluación sumativa, buscando en este acto burocrático de cumplir con el diseño curricular que tiende a estandarizar las notas, darle la impronta que identifica a la “evaluación formativa”.

 El plus de la obra: el apéndice donde invita al lector, a través de las técnicas descriptas durante todo el libro, a que pueda hacer un trabajo de reflexión y metacognición.

Desde mi humilde opinión, un libro muy interesante, que vale la pena ser leído, no da recetas y soluciones como dicen los autores en el primer capítulo, pero sí ordena y da sentido a muchas de las prácticas que se hacen dentro de la escuela, los cuales desde los diseños curriculares no explican el por qué y para qué, y un claro ejemplo de ello son las clases abiertas o las muestras, muchas veces los docentes las preparan porque están dentro del calendario de actividades de la institución tomándolo como un fastidio y algo más para cumplir porque así se lo imponen, lo que no se logra ver, es el sentido, que son actividades enriquecedoras cuya preparación demanda una participación activa de los estudiantes, por lo tanto  no es repetir en un momento frente a las familias  aquello que el docente instruye, si no de crear conocimiento y comunicarlo, es darle un fin al proceso.

Parados en la dedicatoria de los autores: “a quienes desean hacer mañana, su trabajo mejor hoy” …

…Es un libro a ser leído y formar parte de la biblioteca de los equipos directivos, es un libro que inspira permitiéndote replantearte muchas prácticas desde la gestión en vuestra institución.

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Mariana Soledad Popika

Profesora de EGB 1 y 2, postitulada en dirección y gestión de instituciones educativas por la Universidad Del Salvador. Estudiante de la carrera: Licenciatura de ciencias de la educación en la Universidad de Lomas de Zamora. Vicedirectora del Colegio Modelo Parque Barón de Lomas de Zamora.

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