Verónica Irabedra: «Estoy convencida que los mayores y mejores logros en educación son colectivos»
Entrevista a la Directora Pedagógica Institucional del Colegio Grilli Canning
Cómo te definías en tu aspecto profesional
Soy Vero Irabedra. Una apasionada por la educación convencida de que es a través de ella que puede generarse el verdadero cambio que cualquier sociedad necesita.
Me defino como “Educariosa”, una mezcla de educadora y curiosa, que permanentemente voy detrás de todo aquello que me haga mejor profesional, me obligue a estar en reflexión constante y me abra la mente para imaginar nuevas maneras de pensar la escuela.
Esa misma curiosidad me llevó a formarme a través de los años como Profesora de Historia, Licenciada en Educación y Magíster en Gestión Universitaria. Pero fue, es y será en la organización educativa (escuela o universidad) donde la teoría se convierte en realidad, y como digo siempre, el mejor aprendizaje y el más valioso está en la trinchera.
Para hablar de educación, hay que tener acción en la escuela o en la universidad.
Pasé por casi todos los lugares, a lo largo de estos 30 años: fui profesora, secretaria, vicedirectora, adscripta a una cátedra universitaria, directora de nivel y actualmente, directora pedagógica general, asesora pedagógica y conferencista.
Viví en el exterior y también realicé viajes con el fin de conocer otras instituciones educativas, sus lógicas, sus luces, y sus sombras.
Todas estas experiencias que engloban conocimiento, práctica y valores, definen quién soy hoy como profesional de la educación.
Me gustaría continuar hablando de tu cargo actual en el ámbito de la educación y ¿Qué desafíos implica?
Desde hace unos 5 años me desempeño como Directora Pedagógica Institucional en el Colegio Grilli Canning y como formadora y conferencista en Fundación Grilli.
Ser Directora Pedagógica implica trabajar con los equipos directivos y docentes de todos los niveles educativos para marcar una coherencia y cohesión institucional.
Si tuviera que definir mi función en una imagen, sería como una gran aguja que enhebra todo aquello que sucede en los distintos niveles educativos para que nuestro objetivo institucional se cumpla, los directivos y docentes tengan claro hacia dónde vamos y los estudiantes puedan concretar su Proyecto Vital.
Grilli Proyecto Educativo está desde hace muchos años a la vanguardia de las metodologías educativas, tomando de ellas aquello que aporta al proyecto de sus tres instituciones – Colegio Grilli Canning, Instituto Grilli Monte Grande y Instituto Superior de Educación Física Grilli – teniendo claramente definidas las habilidades y los valores que busca desarrollar en los estudiantes desde que ingresan con 45 días en el nivel maternal, hasta su egreso, con 18 años del nivel secundario, o más en el profesorado.
Sostener las líneas de acción que se necesitan para que el proyecto perdure, se desarrolle, se actualice a la luz de los nuevos desafíos y crezca, es gran parte de mi desafío y el de los equipos directivos que trabajan conmigo. Es netamente un trabajo en equipo.
Por otro lado, como formadora, el desafío es acompañar a otras instituciones educativas a tomar nuevas decisiones y, respetando su cultura institucional, implementar diversas estrategias de gestión, nuevas metodologías activas o todo aquello que les ayude a transformarse o a innovar. Ya sea con encuentros de capacitación o mediante charlas o conferencias, el desafío en todos los casos es colaborar en el cambio y mostrarles que es posible, porque lo que les cuento o intento transmitirles es lo que día a día vivimos en Grilli.
Otra vez, no es teoría únicamente sino la teoría hecha práctica.
Ahora que ya sabemos un poco de tu rol actual en el ámbito educativo, ¿podrías contarnos un poco por qué elegiste la docencia y cómo fuiste construyendo tu trayectoria hasta hoy?
No podría decir con exactitud por qué elegí ser docente…hoy, tantos años después de esa decisión, se confunden en mi cabeza las ideas de lo que pensaba en ese momento, con lo que pienso hoy de por qué la volvería a elegir.
Mi madre es docente y seguramente eso influyó a mis 17 años, como también una profesora de Historia del colegio que con sus prácticas de avanzada en aquel entonces, me hizo amar la asignatura. Con los años en la profesión, me dí cuenta que enseñar me gusta más que la Historia y que esa es mi verdadera vocación.
En este camino, las oportunidades para aprender y mis ganas de hacerlo, me fueron presentando los desafíos que fui tomando y que por su diversidad, construyeron en mí una perspectiva 360° de la educación: profesora, secretaria, vicedirectora, directora de nivel, adscripta, directora de directores, formadora… todas ellas son piezas de un rompecabezas que me construyen profesionalmente y al que,definitivamente, le siguen faltando nuevas piezas!
¿Podes identificar qué logros fuiste alcanzando desde tu gestión?
Es muy difícil hablar en términos de logros propios… Estoy convencida que los mayores y mejores logros en educación son colectivos. Tal vez por ello identifico en mí una alta capacidad para formar equipos de trabajo. Pero nada se logra en soledad en la educación.
Si los alumnos te recuerdan con cariño, porque algo de tu paso por sus vidas los marcó, es un hermoso, único y reconfortante logro que construiste con ellos. No sos un super profe, hiciste bien tu tarea y entre ambas partes forjaron un vínculo que es de ida y vuelta.
Si gestionaste bien una escuela, los profesores te recuerdan con cariño, las familias te valoran y tu escuela hace bien su tarea, no es logro de un director, es el equipo respondiendo a un liderazgo, siendo parte fundamental para que todo funcione.
Sí es necesario un liderazgo que comunique claramente hacia dónde va la escuela, cuáles son las necesidades, sostener el rumbo y fundamentalmente, ser coherente de principio a fin.
Escuchar mucho, autoevaluarse y estar siempre dispuesto a seguir aprendiendo.
¿Qué es el modelo Grilli? ¿Podrías describirlo?
¿Podrías indicar algunos resultados que hayan obtenido al implementar este modelo en tu escuela?
Hace más de diez años que Grilli Proyecto Educativo está a la vanguardia en educación. Desde hace muchos años, estimula, promueve y acompaña económicamente las capacitaciones en el exterior y en las escuelas, los viajes de reconocimiento y aprendizaje en EEUU, Colombia y España, la formación de equipos de directivos y docentes y su participación en Congresos Internacionales de Educación en Miami, Bilbao o Buenos Aires.
Todas estas experiencias y las formaciones internas que promovemos cada año al iniciar el ciclo lectivo y durante el año, dieron origen a una cultura de aprendizaje propia que, inspirada en las metodologías activas, nos llevaron a crear nuestro propio paisaje de aprendizaje.
Ese modelo, al que te referís es el Entorno de Aprendizaje Grilli, compuesto por nueve elementos bien definidos, conocido por todos los que trabajamos en el Proyecto Grilli y que da marco y sustento a aquello que nosotros concebimos como parte fundamental de una escuela que se piensa desde el futuro.
El GLE, por sus siglas en inglés Grilli Learning Environmental, tiene un corazón o eje central que es el Proyecto Vital de nuestros estudiantes. Un alumno Grilli construye su trayectoria con las capacidades y valores Grilli, accediendo a una múltiple variedad de experiencias educativas que son las herramientas que le permitirán decidir al finalizar su trayectoria escolar, quién quiere ser con eso que aprendió.
Para lograrlo, es que existe este entorno pensado, diagramado, flexible que lo acompaña desde que ingresa con 45 días hasta su egreso con 18 años.
Estar en un entorno, te hace parte de él, te da identidad y te integra a una comunidad. Desde el punto de vista de docentes y directivos, el Entorno de Aprendizaje Grilli es ese norte, esa coherencia institucional que hace que todos sepamos qué hacer desde el lugar que ocupamos para que todo funcione.
Desde el punto de vista de los estudiantes, significa vivir experiencias vinculadas al desarrollo de conocimientos, habilidades y valores que los ayudarán a tomar decisiones para su vida. En este sentido, vemos resultados académicos con alumnos que se destacan en competencias de todo tipo, en ambos idiomas; egresados que están en universidades en el exterior , que lideran algunas organizaciones o que son emprendedores.
La institución educativa en la que te desempeñas cuenta con recursos y personal suficiente para generar un proceso de innovación con alto impacto, ¿qué sugerencias le darías a directivos que trabajan en comunidades educativas con pocos recursos?
Hay algo de verdad en pensar que con mayores recursos es más sencillo llevar a cabo un proceso de innovación. Pero más, nunca significa mejor. No es una cuestión de cantidad en este caso, sino de calidad y de decisiones. El exceso de recursos no garantiza que sepas qué hacer con ellos, cómo utilizarlos en pos de la transformación y de la mejora.
Mi rol de capacitadora de la Fundación Grilli, me permitió conocer escuelas con muchos y con muy pocos recursos y comprobar que está en la decisión institucional y directiva la posibilidad o no de llevar a cabo cualquier proceso de innovación.
Les sorprendería saber que los procesos de innovación y transformación más hermosos, los viví en escuelas que no contaban con grandes recursos, sino con directores convencidos de lo que había que hacer trabajando en equipo con sus docentes para lograrlo.
¿Qué aspectos básicos e indispensables consideras que debe tener un Director/a de escuela que inicia por primera vez su gestión?
Nadie está del todo preparado cuando llega por primera vez a la gestión. Podrá haber estudiado alguna carrera vinculada a ello, pero la realidad se asemeja poco a la ficción.
No me creo capaz de aconsejar qué debe hacer, pero sí diría lo que no le puede faltar:
– Tiempo, para hacer un diagnóstico certero de lo que va a liderar; aún, si la dirección le llega en un colegio donde trabaja como docente, no es igual la visión desde uno u otro lado de la orilla. Mirar con lentes de docente no se parece mucho a los que se pone el director. Ese diagnóstico incluye mucha escucha de los distintos sectores de la escuela.
– Ideas claras de lo que se quiere lograr; no importa cuánto tiempo te lleve, como líder de una institución educativa tenés que saber hacia dónde llevás el rumbo de tu escuela.
– Trabajar en Equipo para que esas ideas en un año, en dos o en tres, puedan concretarse.
– Paciencia para esperar los cambios sin desesperar y sin morir en el intento. Ponerse metas cortas y realizables para lograr alcanzar el objetivo.
– Humildad; cuando llegás al cargo directivo es cuando estás en la base de la montaña. Se equivoca la persona que cree que acceder al cargo es llegar. Ahí es realmente donde empezás a aprender y vas a seguir aprendiendo toda la vida. El director y los docentes en general, nunca deberían dejar de aprender, de actualizarse, de conocer las nuevas tendencias en educación. No para abrazar todo lo que aparece, sino para decidir qué es aquello que le suma a su proyecto o cultura escolar.
¿Qué importancia le asignas a la formación permanente de tu equipo y tuya personal?
En línea con lo que te venía diciendo, es fundamental la formación permanente.
Nadie concebiría que un médico, un ingeniero o cualquier otro profesional no se actualizara en sus conocimientos. ¿Por qué creer que la docencia es la excepción?
Por el contrario, es una de las que permanentemente necesita actualizarse, continuar formándose y estar a la altura de lo que demandan las nuevas generaciones de estudiantes y de familias, que no son las mismas de hace cinco o diez años. Debemos conocer a qué generación de padres y niños estamos atendiendo, cuáles son sus inquietudes y necesidades, cómo podemos estar a la altura de las nuevas demandas y problemáticas que surgen y qué necesitan aprender para salir al mundo.
Ser profesional de la educación engloba ser algo más que un maestro o profesor que sienta que con lo que aprendió en el profesorado o con x cantidad de años de docencia le alcanzan para enseñar.
Alguien dijo alguna vez una gran verdad: si vas a enseñar, nunca deberás dejar de aprender.
Para fomentar esta cultura de formación continua, las escuelas deberíamos destacar de alguna manera a aquellos que se siguen formando. Por supuesto que el estímulo económico sería ideal, pero en la realidad eso no sucede y no todo es cuestión de dinero. Destacar a aquel que sigue estudiando o capacitándose , celebrándolo en alguna plenaria, poniendo una felicitación en redes o en la sala de docentes, son algunas de las formas de salario emocional que reconfortan y que muestran al resto del plantel que como escuela no nos da igual un docente que se desafía que uno que no lo hace.
Nosotros comunicamos a partir de la red REDIE ¿Cuál es tu opinión acerca del trabajo en red y la construcción colaborativa de conocimiento?
El trabajo de la red REDIE es fabuloso y muy necesario. Estamos rompiendo con el paradigma de cada maestrito con su librito y de escuelas de puertas cerradas y esa es una de las mejores cosas que está pasando en educación.
La autofagia educativa es destructiva para la escuela.
Es impensado en estos tiempos no abrir las puertas de las escuelas, conocernos entre nosotras, compartir experiencias y visitarnos.
En Grilli hace muchos años nos visitan directivos y docentes de escuelas de todo el país, de otros países y referentes de distintos sectores de la educación. hacemos redes con otras escuelas, con directores y fomentamos el intercambio entre docentes y alumnos.
Las redes como REDIE son grandes facilitadoras y hacen que aquellas escuelas que no saben cómo hacer para comunicarse con otras, puedan usar la red para llegar a hacerlo.
Nadie porta la perla de la sabiduría por sí solo. Esa perla es la construcción colaborativa de conocimiento.
En un mundo que se muestra vertiginoso con disrupciones tecnológicas que diariamente atraviesan con más fuerza nuestras vidas, ¿cómo ves el sistema educativo en este contexto? ¿Estamos preparados para enfrentar un mundo tan dinámico y veloz?
Coincido en tu definición del mundo vertiginoso y disruptivo y le sumaría poco previsible. Por eso es muy difícil pensar en qué necesita la escuela para enfrentarlo.
David Perkins nos alienta a preparar a nuestros alumnos para un futuro desconocido, claramente, pero el BID sí nos da algunas pistas de lo que sí o sí va a convivir con nuestros estudiantes cuando salgan de la escuela: la revolución tecnológica y la irrupción de la inteligencia artificial, la población envejecida, el cambio climático y la diversidad son los cuatro elementos que ya sabemos que formarán parte de sus vidas.
Por ello, la escuela debe educar en el desarrollo de capacidades como la resolución de conflictos, el trabajo colaborativo, la responsabilidad, la comunicación, la interacción social o el ejercicio eficaz de la ciudadanía y en valores como la tolerancia y la empatía entre otros.
Los contenidos (yo los llamaría conocimientos) son importantes si están atravesados de competencias o capacidades y valores que los sostengan.
A la escuela como institución no le queda ya tiempo para no comprender que es por acá.
Para cerrar esta entrevista, me gustaría que nos cuentes cómo imaginas la escuela del futuro.
Más que imaginarla, voy a compartirte una expresión de deseo. Desearía que la escuela estuviese más integrada a la sociedad y a los cambios que en ella se producen; que fuese más valorada y reconocida como indispensable para el desarrollo del país y que se destaque más por lo que hace que por lo que le falta.¡Es tan común escuchar que todo lo malo que sucede es culpa de la falta o mala educación!
El maestro Francisco Zariquiey afirma una gran verdad: Si la escuela prepara para la vida debería parecerse a la vida, no debería parecerse a la escuela.
Espero que la escuela del futuro sea una que prepare para una vida en la que todos tengan oportunidades.
¿Qué pregunta no te hicimos y quisieras agregar?
No creo que haya quedado nada en el tintero, pero más que pensar en una pregunta para mí, me gustaría regalarle una pregunta a los directores y a los docentes para que se la hagan a ellos mismos y que yo me la hago a diario:
¿Qué van a necesitar mis docentes/ estudiantes y no me van a pedir?