La familia es el primer contexto social del niño. La vida cotidiana del hogar es el marco en el que se aprenden los primeros comportamientos inter personales. Los padres, hermanos y otros adultos significativos son los que cumplen el rol de modelos, fundamentales para la formación socio – afectiva.
Sabemos que en la actualidad los niños comienzan su proceso de socialización a edad más temprana. Y por lo tanto, se da en ambientes externos a la familia. La institución ESCUELA cumple hoy un papel fundamental en este proceso: tiene una importantísima responsabilidad en la adquisición y despliegue de habilidades sociales, valores y formas de convivencia sana
Las familias en la escuela, la escuela en casa. Siempre en contacto, con acuerdos y diferencias. Pero siempre con un mismo objetivo: priorizar el bienestar del alumno – hijo.
Emoción y sentimiento
¿Son sinónimos? ¿Antónimos? ¿Se complementan?
Las emociones por lo general se manifiestan a través de distintos componentes: corporales, gestuales, conductuales. Pero el origen de las emociones es inconsciente. ¿Puede controlarse? SÍ. Lo que no controlamos son los sentimientos
Es posible aprender a controlar el comportamiento que acompaña a la emoción. Y para ello es necesario dejar de ser un “analfabeto emocional”
Alfabetizarse en emociones: se trata de un proceso continuo que debe empezar desde que somos pequeños. Algunas características de nuestra personalidad que favorecen el desarrollo de este proceso son:
- Tomar conciencia de lo que nos pasa
- Comprender qué le pasa al otro
- Ser flexibles
- Ser receptivos
- Verbalizar lo que sentimos: en particular los enojos o emociones negativas. Lo que no pasa por la palabra, se actúa. La palabra MEDIATIZA.
- Reflexionar
- Tener crítica y autocrítica.
- Desarrollar la EMPATÍA: ponernos en el lugar del otro.