Entrevistas

“Es primordial que el niño/a vea que el hogar es un ejemplo en resolver conflictos del día a día laboral y personal con positividad, innovación y eficacia y que se aplica el modelo acción-reacción con el medio que les rodea”, Beatriz Melgares.

Entrevista de Denise Zarruk a Beatriz Melgares

¡Bienvenidos/as a una entrevista especial con Beatriz Melgares«!

Hoy hablamos sobre un tema fundamental en el desarrollo infantil: la importancia de fomentar la creatividad en niños y niñas desde temprana edad. Beatriz, con su amplia experiencia como actriz, locutora, presentadora y profesora de teatro en inglés para niños/as, nos comparte valiosos insights y consejos sobre cómo podemos nutrir la imaginación y el pensamiento creativo de los más pequeños/as.

¿Cuál es la importancia de fomentar la creatividad en los niños/as desde temprana edad?

Fomentar la creatividad desde temprana edad resulta crucial para que los niños/as aprendan una máxima de vital importancia: disfrutar de los procesos en lugar de intentar alcanzar un resultado inmediato. Sin duda, ayudará a tener una percepción mucho más flexible de las posibles soluciones que un problema propone, jugarán siempre en el terreno de las múltiples aristas que cada opción de la vida plantea, tendrán el cuerpo y la mente mucho más abiertos y preparados hacia nuevas formas de pensamiento, libre expresión y desarrollo social.

Sin duda, la creatividad y la imaginación son armas poderosas en la consecución de la inteligencia creadora necesaria para la gestión de una vida plena, personal y profesional.

En lo personal, estimular las ideas creativas activa la imaginación, lo cual potencia las habilidades físicas, psicológicas, sensoriales y motoras que cada individuo/a es susceptible de desarrollar para poder tener control y, al mismo tiempo, libertad sobre sus emociones y experiencias. Nos permite improvisar ante obstáculos inesperados. Y esto es medicina contra el miedo y pócima de la autoestima y la felicidad.

Con respecto a lo profesional, nos encontramos ante un mundo cada vez más competitivo y las empresas empiezan a detectar la importancia de formar equipos humanos con buenas habilidades comunicativas y de liderazgo que permitan elaborar y defender estrategias creativas. Resulta paradójico que en un mundo donde la tecnología se encuentra cada vez más inmersa en los procesos productivos, lo humano, original, creativo y único vuelve estar en alza en el mercado empresarial, ya que en los últimos años se ha detectado la ausencia cada vez mayor de profesionales especializados capaces de liderar proyectos caracterizados por un mayor pensamiento creativo. Un ejemplo de cómo la teatralidad impregna esta nueva era de la imagen, es el auge de las técnicas de storytelling en el ámbito del marketing.

Sin duda, hoy más que nunca, el mayor signo de inteligencia no es el conocimiento, sino la imaginación.

¿Qué actividades o juegos son recomendables para estimular la creatividad en bebés y niños/as pequeños/as?

En bebés, es recomendable realizar todo tipo de actividades que exploren lo sensorial, lo gestual y auditivo, así como la gimnasia emocional. En este sentido, algunos ejemplos de actividades podrían ser: trabajo con telas, texturas, juego con marionetas, máscaras o ejercicios musicales en los que se asocia una emoción, gesto y movimiento a cada canción.

En niños/a pequeños/as (a partir de 2-3), podemos empezar ya hablar de juegos psicofísicos y de roles (improvisaciones, diálogos con “lenguaje inventado…”), juegos simbólicos con el entorno y los objetos (“¿en qué se puede convertir un lápiz, una tela o una caja de cartón?”), ejercicios de voz, emociones o expresión corporal en las que ellos puedan ya asumir el control, crear y producir con autonomía parcial y responsabilidad. Ir adquiriendo independencia y autocontrol es fundamental en los procesos creativos.

En ambos casos, hablamos de estimular la creatividad a través del juego dramático, sólo que, dependiendo de la edad, este adoptará una forma u otra. Recuerdo que, cuando empecé a dar clases de teatro en inglés a niños de 0-3 años en las Escuelas Infantiles El Mundo de Mozart, los padres y madres me preguntaban, muy perplejos/as, cómo iba a poder dar clases de teatro a bebés y a niños/as tan pequeños/as. Todo partía de la concepción general que se tiene del “teatro” como actividad extraescolar: aprender un texto de memoria, con el objetivo de mostrarlo en una obra de teatro a final de curso. Yo les expliqué que, en niños/as de esa edad, el teatro adopta la forma de juego dramático. Evidentemente, un niño/a de un año no puede memorizar el texto de un personaje, pero nunca he concebido el teatro como un resultado, sino como un proceso, un juego, un compendio de actividades y recursos que nos descubren habilidades personales (físicas y emocionales) que repercutirán en nuestra vida, más allá de la muestra de fin de curso o con un fin profesional. El teatro es puro juego dramático, lo que le convierte en una herramienta imprescindible y valiosa en el desarrollo infantil. El teatro es expresión corporal, es ritmo, psicomotricidad, juegos musicales y sonoros, experimentar con texturas, ejercicios de relajación, imitación, coordinación, confianza, atención orgánica y, por supuesto e importantísimo, el teatro es sinónimo de trabajo en equipo, confianza y autoestima.

Qué mejor forma de fomentar la creatividad que a través del juego dramático, ya que como decía el mismo William Shakespeare: “El mundo es un escenario”.

¿Cómo pueden los padres/madres y cuidadores/as crear un entorno propicio para el desarrollo creativo de los niños/as en el hogar?

Las familias deben asumir la fascinante responsabilidad de abordar una de las grandes carencias que, en ocasiones, presenta la educación formal: rescatar la espontaneidad mermada o poco desarrollada.

Si permiten que los niños/as exploren, investiguen y se equivoquen, dejando de relacionar lo “lúdico” con “lo ridículo” y asumen el rigor y la seriedad que la tarea del juego conlleva, podrán colaborar a eliminar miedos, bloqueos cognoscitivos, emocionales y culturales y la sensación de ridículo que va apareciendo en los niños/as a medida que crecen. Podrán ayudarles a combatir “la mirada del otro/a” y a disfrutar del vértigo y la energía de, simplemente, jugar con y para otros/as: en definitiva, atreverse a traspasar los límites impuestos y vivir el “aquí y ahora”.

Resulta difícil conciliar y hacerse cargo de esto si lo abordamos como un deber más añadido a la gran lista de tareas pendientes que nos depara una jornada, pero aquí va un ejercicio sencillo que podemos incorporar a nuestro día a día.

Cuando llega el momento de ir a la cama y leer un cuento antes de dormir, podemos proponer leer nosotros/as una página y que ellos/as lean otra. De esta forma:

  • Fomentamos la creatividad y la imaginación (al interpretar a los personajes con diferentes voces e imaginar cómo caminan, cómo comen, qué gestos hacen…).
  • Incentivamos la memorización y la concentración (si aprendemos un par de frases y somos capaces de interpretarlas sin leer o les preguntamos, al finalizar, si recuerdan los nombres de los personajes o ciertos pasajes).
  • Estimulamos la escucha activa y la sorpresa (al leer con diferentes inflexiones y modulaciones de la voz y aportar gestualidad y cambios de ritmo a la experiencia).
  • Mejoramos la autoestima y aumentamos la confianza en uno mismo y los demás (al otorgarles autonomía para leer una página y dejarles decidir qué voces ponen).

Otro momento susceptible de convertirse en “creativo” es el momento del baño. ¿Podría ser que estuviéramos en un barco? ¿En qué pueden convertirse los tapones de los botes de champú? ¿Somos piratas? ¿Somos prisioneros/as?

Con bebés, se pueden hacer juguetes caseros con elementos para la estimulación sensorial como, por ejemplo, llenar botellas de plástico con agua y purpurina o con arroz y pequeños objetos que hagan ruido al agitarlas.

En general, llevar a cabo de forma conjunta dinámicas que promuevan la agilidad mental, la escritura y pensamiento creativos o la adquisición de conciencia corporal y vocal, incrementará la comunicación interpersonal de la familia.

Pero, por encima de todo, es primordial que el niño/a vea que el hogar es un ejemplo en resolver conflictos del día a día laboral y personal con positividad, innovación y eficacia y que se aplica el modelo acción-reacción con el medio que les rodea.

¿Cuál es el papel de la exploración sensorial en el desarrollo de la creatividad en la primera infancia?

La exploración sensorial es la primera toma de contacto que establece el bebé con el mundo que le rodea, pudiendo así interpretarlo y dotarle de significado. Sólo se puede comprender el mundo, si somos capaces de definirlo, procesar la realidad y traducirla a información. La estimulación sensorial hace posible que el cerebro organice esa información de los sentidos y permite al niño/a tener un mejor entendimiento de lo que sucede a su alrededor para poder dar respuestas adecuadas a los estímulos del entorno, lo que reforzará positivamente su vínculo afectivo con otros niños/as y con sus padres/madres y activará (de cara al futuro) funciones cognitivas superiores características de procesos más complejos, desarrollando conexiones neuronales fundamentales para el desarrollo estructural del cerebro.

Cuando los niños/as pueden experimentar libremente la exploración sensorial creativa con actividades como pintura de dedos, juegos en el agua, cuentos texturizados, telas, pompas de jabón, actividades de cocina, juegos táctiles con diferentes materiales, etc., aprenden respecto al mundo físico que les rodea y sobre sí mismos (su propio cuerpo y lenguaje), lo que será de vital importancia para su incorporación como ciudadanos inteligentes a la sociedad. Por no decir, que se desarrollan otras habilidades importantísimas para su crecimiento como la curiosidad, la concentración, la atención, la coordinación motora, la memoria, el pensamiento lógico o el deseo por el conocimiento.

La estimulación sensorial explora lo físico (aceptación de estímulos a través de la expresividad corporal y la comunicación no verbal) y lo emocional (experiencias afectivas). Por ejemplo, ¿qué me produce palpar un tipo de tela o textura? Con esto, el bebé podrá empezar a interiorizar que una misma cosa o experiencia puede entrañar diferentes significados para una u otra persona.

Una actividad que recomiendo mucho es el cuento sensorial. Contamos un cuento, pero intentamos que el niño/a “viva” todas las sensaciones internas y externas que emanan del mismo. En una fase más avanzada, puede ser incluso el niño/a el que proponga cómo hacerlo. Por ejemplo: si en el cuento llueve, salpicaremos al niño/a con unas gotitas de agua.

¿Cómo pueden los educadores/as de escuelas infantiles promover la creatividad durante las actividades diarias?

Creyendo firmemente en que la falta de creatividad es un problema educativo de urgencia y desarrollando un proyecto pedagógico basado en dinámicas y prácticas que nazcan de una perspectiva creativa, novedosa y lúdica, con ejercicios diarios de relajación, respiración, concentración y visualización, como rutina diaria antes de iniciar la actividad, y juegos psicofísicos y de roles para explicar conceptos o situaciones.

Es un hecho más que demostrado que la falta de creatividad es una de las grandes debilidades comunicativas del siglo XXI. Algo que echo en falta, en el ámbito educativo, es la introducción de técnicas físicas y de comunicación estratégica desde temprana edad. En los colegios de Estados Unidos, es común la práctica de oratoria, reconociendo la importancia en la transmisión de los mensajes y en cómo utilizar, para ello, los recursos vocales (respiración, ritmo, volumen, modulación, dicción, entonación, pausas, énfasis y cadencia) y corporales (lenguaje corporal, expresión no verbal, conexión visual, control postural, seguridad), con el fin de potenciar el propio estilo personal y vencer el miedo escénico.

Sin embargo, en nuestro país, la educación actual fomenta mucho la inteligencia memorística y descuida soberanamente el momento expresivo, la inteligencia ejecutiva creadora. Esto se puede ir trabajando desde pequeños/as con la lectura en voz alta, la visualización creativa, la defensa o presentación en público de algún proyecto de forma individual (aunque sea enseñar un dibujo, en niños/as más pequeños/as), mini simulacros de “debate”, etc.

Otra conducta muy arraigada entre el profesorado en las escuelas y que mata la creatividad es los famosos/as “Así no es”, “Así no se hace”, sobre todo en el ámbito de las actividades artísticas. Es importante plantear tareas que concedan un margen de libertad creativa individual y no intentar que haya treinta manualidades perfectamente iguales.

Cabría recordar aquí dos cosas importantes: Crear es un hábito, por lo que se puede educar. Y lo segundo, es que la creatividad no es propiedad exclusiva del campo artístico. Parecen ser indisolubles, pero la creatividad se extiende a cualquier asignatura escolar y ámbito de la vida.

¿Existen diferencias en las estrategias para fomentar la creatividad entre niños/as de diferentes edades dentro del rango de 0 a 3 años?

La diferencia, básicamente, reside en el papel activo que adopta el adulto/a al guiar las estrategias. Desarrollaré esto a continuación, pero pondré un ejemplo. Hay una actividad que me gusta llevar a cabo con todos mis alumnos/as (0-10 años), incluso la he llegado a realizar con adultos/as en formaciones de comunicación para empresas.

Colocamos un rollo de papel continuo blanco en el suelo, repartimos pinturas y creamos entre todos un “Pollock”, sin reglas, sin límites, sin imposiciones.

Con los bebés, el aprendizaje residirá en la exploración sensorial en sí de manipular la pintura con los dedos y tantear su contacto con el rollo de papel. Con los más pequeños/as, podremos descubrir qué figuras o símbolos ven en el dibujo resultante. Con los de edad más avanzada, propondremos que, por equipos, inventen una historia a partir de ese cuadro y que, luego, lo escenifiquen.

Es decir, el viaje hacia el desarrollo del juego creativo nos permite pasar del nivel inicial de “concepto” al de acto. Parte de una acción concreta sobre los objetos (pintura), pasa por una acción lúdica (pintar con ella) y aterriza en una acción lúdica dramatizada (interpretar lo que he pintado, bien otorgándole un símbolo o escenificándolo).

Eso es porque, en el rango de edad 0-1, tienen lugar principalmente juegos motores que no requieren de pensamiento y primeros juegos de interacción social basados en la repetición e imitación. En estos primeros meses, los niños/as intervienen “pasivamente”, es decir es el adulto/a quien les guía.

En pocos meses, se invierten los roles, ya que, gracias a la experimentación y a la estructura repetitiva de la propia dinámica, el intercambio se produce de forma natural.

Al poco tiempo, el niño/a empieza a relacionarse de forma más compleja con los objetos físicos y otros seres humanos.

A los dos años, cuando se inicia el lenguaje, podemos sumar ya actividades de intercambio verbal o añadir diálogo a las que ya veníamos realizando. En esta fase, aparece el juego simbólico. El niño/a establece otro tipo de comunicación con la realidad que le rodea, es capaz de adoptar “papeles” distintos y de asignar una representación ficticia a un objeto real. Es capaz de interpretar “lo ausente, lo que no está” y dotar de símbolos a lo ya previamente definido, así como atribuir propiedades y situaciones inventadas al objeto (ejemplo: ejercicio “pelota imaginaria”: es un sol que quema, una barriga de embarazada que palpita, una rueda que pesa, una bola de queso que huele mal, una piruleta pegajosa…). Es cuando aparecen las primeras manifestaciones del carácter ficticio de la acción. Es lo que se denomina meta-representación, que alcanzará su cenit a los cuatro años de edad, cuando ya es capaz de desarrollar juegos de ficción (ejemplo: dotar a los muñecos de vida e intenciones). Lo importante ahora no son los objetos, sino qué se hace con ellos. La imitación va quedando solapada por la acción. El juego ficticio acabará desembocando en la dramatización, fundamental en el desarrollo psicológico de una persona para establecer otro tipo de conexión con la realidad que le rodea. Una relación con la realidad que va más allá de esta misma. Una, impregnada de creatividad.

¿Qué recomendaciones darías a los padres/madres y cuidadores/as que desean incorporar más actividades creativas en la rutina diaria de sus hijos/as pequeños/as?

Yo les recomiendo que incorporen estas estrategias creativas en su día a día, no sólo de cara al aprendizaje y desarrollo cognitivo de sus hijos/as, sino al suyo propio. Que trabajen concienzudamente en la curiosidad y la capacidad de sorprenderse y no dar las cosas por hecho. Como ya he mencionado, es importantísimo el papel que desempeñan los padres y madres en el vínculo que establecen con sus hijos/as cuando practican todas las fases del juego. Si las abordan como una práctica de “mentirijilla”, para “pasar el rato”, contraria al trabajo, al mundo real, a lo serio y a lo responsable, jamás aceptarán el carácter lúdico y repetitivo del juego y caerán en la intolerancia, la impaciencia y el hastío.

“Por ejemplo, las bromas, los trucos o los engaños que a veces usan los padres, con niños todavía en el período pre-lingüístico, podrían ser básicos para la comprensión de la ficción”.  (Reddy, 1991).

Fomentar esto, ser profesionales en esta “capacidad de fingir” y de exagerar los actos (¡creérselo!), aportando cambios de modulación en la voz, gestos nuevos y amplios, entonaciones e intenciones diferentes a los personajes que se interpretan en los juegos, es vital para esa transición del niño/a hacia la madurez del juego simbólico.

Son los responsables de ayudar a la negociación de los roles y de mantener el equilibrio entre lo real y lo fingido en edades muy tempranas, beneficiando así el acople y desacople del niño/a al juego con total armonía y equilibrio, con el fin de otorgarle cada vez mayor independencia. Tengamos en cuenta que muchas de las “creaciones” que los niños/as propongan en sus interacciones lúdicas con otros/as, probablemente, sean reproducciones de dinámicas realizadas en algún momento con sus familias.

Como conclusión, como bien define el catedrático de filosofía y escritor José Antonio Marina: “Crear es producir intencionadamente novedades eficientes para realizar un proyecto”, sea de la índole que sea. Tiene que ver con una manera de afrontar la vida, sus fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades. Es una competencia dinámica que invita a la acción, a ir hacia delante. Cambiar rutinas y hábitos en casa, de vez en cuando, puede ser todo un acto de rebeldía creativa con consecuencias muy beneficiosas para todos/as.

Esperamos que esta entrevista con Beatriz Melgares haya sido inspiradora y útil para todos los padres, madres y educadores/as interesados/as en potenciar la creatividad en los niños y niñas. Recordemos que fomentar la imaginación no solo enriquece su mundo interior, sino que también les prepara mejor para enfrentar los desafíos de la vida con flexibilidad y originalidad.

¡Gracias por acompañarnos y sigamos promoviendo un entorno donde la creatividad florezca!

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Denise Zarruk Vargas

Denise Zarruk Vargas se destaca en el ámbito del marketing educativo como una verdadera líder e innovadora. Con una sólida trayectoria como Directora del grupo de Escuelas Infantiles El Mundo de Mozart, Denise ha dedicado su carrera a perfeccionar la experiencia del cliente y a implementar estrategias de marketing relacional en el sector educativo. Apasionada del storytelling y del storydoing, Denise ha sabido integrar el inbound marketing en un entorno amigable y honesto, contribuyendo a formar conexiones significativas entre las escuelas y sus comunidades. Su enfoque siempre busca optimizar las interacciones, con un compromiso genuino hacia la mejora continua de la experiencia educativa. Certificada en Disciplina Positiva en las Organizaciones por la American Positive Discipline Association, su expertise no sólo se refleja en los resultados de sus centros educativos, sino también en su capacidad para educar y empoderar a otros mediante prácticas positivas y constructivas. Denise es un ejemplo de liderazgo en el cual la empatía y la estrategia van de la mano para crear un ambiente educativo enriquecedor y dinámico.

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