El rol del representante legal frente a los desafíos actuales
Repensando el rol frente a la pandemia
El Representante Legal (RL) debe ser un líder que tiene una visión global de la Institución Educativa y tiene la responsabilidad de plasmar su carisma y PI, conduciendo a la escuela para lograr sus fines.
Es un rol dentro de la institución que está siendo permanentemente desafiado por las tecnologías, las leyes, la reglamentación, los docentes, los papas, los alumnos, etc.
Entre todos estos desafíos, aparecen otros, ocasionales pero ciertos y muchas veces de alta complejidad y, en estos momentos, se nos presenta un desafío “único” en la historia, y con la particularidad que no tenemos antecedentes: “La pandemia de COVID 19”.
Es una realidad que debemos asumir y es aquí donde el dicho criollo: “”En la cancha se ven los pingos” se hace realidad. Y debemos asumir nuestra responsabilidad y mostrar capacidad de liderazgo.
La realidad educativa en la que estamos sumergidos hace más complejo el desafío. Veamos un enfoque pedagógico de la problemática.
La educación Argentina, mejor dicho el sistema educativo argentino, es muy diverso y plural. Diversidad de ideas y concepciones, clases sociales, culturas, etc. El RL debe sumergirse en ese universo y llevar adelante el PI. ¿Cómo lo hace? ¿Qué herramientas debe utilizar?
Muchas veces se toma el cargo desde una posición de poder, y a partir de allí gestiona su tarea. Otras, asume un rol más administrativo y regula más los recursos para usarlos eficientemente y delega el resto a los Directivos.
El verdadero rol del representante legal, según mi experiencia, es ponerse al servicio del otro, no como una simple actitud servil, sino como un verdadero líder: acompañando, aconsejando, motivando, buscando sacar lo mejor del otro a través de un dialogo acogedor donde el otro se sienta parte de la Institución, que lo escuchan lo respetan y aceptan tal como es.
Estos conceptos son fundamentales para los tiempos que corren pues, a pesar de la distancia, debemos estar más unidos que nunca, buscando brindar un servicio acorde a nuestra identidad y PI. Desde el punto de vista pedagógico tenemos que acompañar y alentar esta labor.
Como dije, la diversidad social hace que se manifiesten más aun estas diferencias, por ejemplo, las familias que no tienen PC o tienen una que hay que compartir entre 4 o 5 miembros de la familia, falta de conectividad. Muchas veces debido a la falta de trabajo y la falta de alimento, lo que dificulta más aun la educación. En fin, una diversidad de problemáticas que ésta pandemia saca a la luz o resalta si ya existe, contra lo cual debemos poner lo mejor de nosotros para salir adelante.
Acompañar significa estar ahí, seguir su tarea, ver qué necesita, como están los chicos, si “asisten” a clases (virtuales o semi presenciales, según el momento), si hacen la tarea. Los papas… ¿Se comprometen? ¿Colaboran? O simplemente nada…, otras veces son un obstáculo…
El desafío de una gestión eficiente implica una capacidad de diálogo que permita aunar criterios, animar, especialmente a aquellos docentes que por diversas circunstancias (familiares, personales, de salud) se vean afectados por esta situación. Hay que escuchar y ofrecer una mano a quien lo necesite: docentes, padres, alumnos.
Todo lo dicho anteriormente no debe distraernos de otro aspecto importante de la gestión: ofrecer herramientas pedagógicas y capacitación al personal para facilitar tanto su labor como el aprendizaje por parte de los alumnos tan venido abajo según mi criterio. Estas herramientas están disponibles en una amplia diversidad (pagas y gratuitas). Su selección debería ser consensuada por los departamentos y/o docentes a los efectos de optimizar su uso.
Gestionar una Institución Educativa en tiempos de pandemia debe sacar lo mejor de cada uno como persona, como ser humano, como compañero, pero sobre todo como líder, siempre desde la humildad, sencillez y acompañamiento más allá de nuestros intereses, ideas y convicciones que hacen y enriquecen la diversidad.
Es un desafío apasionante, cargado de responsabilidad, en el que no debemos olvidar los demás aspectos de la gestión administrativa y organizativa) que son parte integral de nuestra labor.
