Siempre nos enseñaron que durante la conquista de América, los conquistadores se aprovecharon de los nativos ofreciéndoles cosas sin valor real a cambio de verdaderas riquezas, los famosos «espejitos de colores», generando de esta manera una distorsión de la realidad, engaño y manipulación, e intercambios desproporcionados e injustos.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con la educación? ¿están presentes estos «espejitos» en nuestro ámbito?, de ser así ¿cómo podemos reconocerlos y evitarlos?
A grandes rasgos, podemos hablar de estos cuando nos ofrecen «soluciones mágicas» (que en realidad son superficiales o simples «parches») frente a problemas profundos y complejos. Muchas veces estos discursos provienen de la política, la publicidad, la tecnología o investigaciones pseudo-científicas de supuestos especialistas en la materia.
No obstante, no es mí intención, en esta oportunidad, ahondar en estos aspectos, sino más bien hacerlo desde aquellos que actúan en nuestro inconsciente en formas de sesgos o prejuicios, muchas veces sin intención alguna, pero no exentos de consecuencias colaterales y dañinas.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define al sesgo como la oblicuidad o torcimiento de una cosa hacia un lado. El concepto también se utiliza en sentido simbólico para mencionar una tendencia o inclinación. Desde una perspectiva psicológica, algunos especialistas nos explican que «un sesgo cognitivo es una característica en particular de un sujeto, que incide en el procesamiento de la información y que forma lo que se conoce como prejuicio cognitivo (la clase de distorsión que afecta el modo de percibir la realidad).»*
Es decir, un sesgo es algo que actúa en nosotros, distorsionando muchas veces la realidad, haciéndonos creer que vemos o estamos en presencia de algo que, la mayoría de las veces, no necesariamente es como lo percibimos. Un sesgo genera inclinaciones y tendencias, distorsionando nuestra forma de percibir, interpretar o actuar ante diferentes situaciones de nuestra realidad, afectando nuestras decisiones y generando prejuicios y estereotipos.
Entendiendo esta idea, entonces, ¿qué sesgos podemos encontrar en nuestras prácticas docentes o de gestión educativa? Al respecto, podría mencionar algunos:
*Efecto Halo (o de los espejitos brillantes): Este sesgo cognitivo está vinculado con lo que se conoce como la primera impresión, a partir de la cual realizamos una inferencia global de la persona sin conocerla en detalle o profundidad. Por ejemplo un docente observa que un estudiante se destaca en matemáticas y, a partir de allí infiere que se tiene que destacar en otras áreas, o, por el contrario puede ocurrir que el docente conoce al estudiante a través del mal comportamiento que tiene en determinado momento, por lo cual infiere que el mismo debe ser un pésimo alumno. Esto también está presente en la gestión, con las primeras impresiones que un director puede tener en relación a su personal, llevando a inferencias incorrectas respecto a las personas.
*El sesgo de confirmación (o el del espejito que me muestra lo que yo quiero ver): es la tendencia a favorecer la información que confirma las propias creencias o hipótesis, dando desproporcionadamente menos consideración a posibles alternativas. Con este espejito se buscan solamente evidencias que respalden nuestra manera de trabajar, ya sea en el aula o desde la gestión, llevándonos a ignorar otras opiniones, las críticas, nuevas alternativas y estrategias. Esto conlleva, a la larga, en falta de innovación y de mejoras en las prácticas.
*Sesgo de anclaje (o del espejito de la imagen fija): describe la tendencia humana común a confiar demasiado en la primera información ofrecida (el ancla) al tomar decisiones. Este es parecido al efecto Halo, con la diferencia de que aquí tomamos como «ancla» para nuestras decisiones futuras, la primera información que manejamos. Esto nos puede llevar a que, como docentes o directivos, realicemos inferencias erróneas en función de los primeros resultados observados, por ejemplo, al observar que un estudiante tiene una calificación baja al inicio del ciclo escolar, asumir que sus resultados posteriores serán siempre bajos, llegando a ignorar muchas veces sus mejorías. Similar caso con el rendimiento de los docentes.
*Sesgo de autoridad (o del espejito que idealiza): se trata de la tendencia a dar más valor a las opiniones de las personas consideradas como autoridad, sin analizarlas de manera crítica. Esto lleva a aceptar sin cuestionar o sin analizar críticamente, las decisiones de autoridades superiores, o los consejos y recomendaciones de aquellos que se consideran autoridad en materia educativa, incluidos los nuevos «influencer» de la educación.
*Sesgo del estatuo quo (o del espejito que congela): tendencia a evitar los cambios mantener las cosas inalterables, tal como están. Este se aprecia cuando hay resistencia a modificar prácticas y costumbres, porque «esto siempre se hizo así». Esto incluye también la resistencia a introducir nuevas tecnologías o metodologías, y todo aquello que implique un cambio en como se vienen haciendo las cosas.
*Sesgo de afinidad (o del espejito que refleja solo a nuestros parecidos): es la tendencia a favorecer solamente a personas que son similares a nosotros, sea por gustos, intereses, experiencias, características o cualquier otro parecido dependiendo del caso. Se observa en el aula cuando el docente destaca a menudo a aquellos estudiantes que se parecen a él, por gustos o intereses, o cuando un directivo selecciona para los proyectos institucionales solamente a aquellos docentes que piensan como él, ignorando tal vez a otros docentes mejor calificados o preparados.
*Sesgo de disponibilidad (o del espejito inmediato): consiste en tomar decisiones tomando como referencia ejemplos inmediatos que llegan a nuestra mente. En estos casos cuenta más la última impresión, que las anteriores. Y esto puede ocurrir en relación a la idea que nos hacemos de las personas por cómo los vimos actuar últimamente, ya sea de manera positiva o negativa, o cuando, por ejemplo nos resulta bien un método y lo queremos aplicar siempre sin considerar que otros métodos también pueden resultar adecuados considerando el momento y el contexto. También puede ocurrir, debido a este sesgo, que en una institución se sobrestimen los casos de violencia, si estos ocurrieron en el último tiempo, generando una especie de paranoia, aún cuando se traten de casos aislados.
Estos son algunos ejemplos de sesgos, o espejitos, que pueden estar en nuestras mentes, prácticas e instituciones**. Y es importantes reconocerlos y combatirlos, para no caer en sus trampas y engaños, evitando así situaciones de desigualdad, favoritismos, exclusiones y discriminación, pero también de falta de apertura, innovación, creatividad y motivación en los estudiantes y equipos de trabajo.
Para todo esto es muy importante trabajar, de manera individual y personal, en la auto reflexión y nuestra autoconciencia… ¿influyen mis prejuicios en las decisiones que tomo? ¿tengo formados algunos estereotipos?
Y de manera grupal e Institucional, es importante capacitarse en el tema, autoevaluarse como institución respecto a diferentes prácticas y costumbres, fomentando el trabajo en equipos inclusivos y diversos que busquen tomar sus decisiones con datos objetivos y no subjetivos o cargados de prejuicios.
No nos dejemos engañar con espejitos de colores, ni nuestros ni ajenos. Reconocerlos y trabajar activamente para erradicarlos o mitigarlos lleva a crear un entorno más justo, inclusivo, innovador y eficiente.
*Publicado por Julián Pérez Porto y Ana Gardey. Actualizado el 24 de mayo de 2021. Sesgo – Qué es, en la psicología, en la estadística e importancia. Disponible en https://definicion.de/sesgo/
**Para profundizar más en el tema de los sesgos, recomiendo la lectura del texto “Errar es humano” de Williams James (el texto originalmente está en inglés pero se lo puede traducir desde el navegador). Disponible en The Roots of Consciousness: Science, To Err is Human https://search.app/z3ypNuEpgXb733kb8
