Comunicar es la claridad de tener algo en “común”
Planeamiento Estratégico y Comunicación
El Planeamiento Estratégico, en tanto proceso de cambio que ha de ser “apropiado” por sus protagonistas, se dirige especialmente a las personas que han de conformar equipos sólidos que asienten su tarea en la confianza y responsabilidad compartida.
Como consecuencia, se hace presente la necesidad de “hacer común”, es decir, “comunicar” aquello que ha de ser apropiado y compartido. La reputación personal e institucional aparecen en escena como elementos imprescindibles a ser considerados en el desarrollo del plan.
Confianza, responsabilidad compartida, respeto mutuo y escucha, asertividad y empatía y demás cualidades de encuentro permitirán el logro de los objetivos institucionales una vez lograda la participación de los demás actores de la organización. Esta exigencia pone de manifiesto la necesidad de pensar la comunicación como otra dimensión necesaria en el desarrollo de toda estrategia.
De este modo, desde CNG Consultora Educativa la primera perspectiva que se nos presenta es la comunicación vista como “el conjunto total de mensajes que se intercambian entre los integrantes de una organización, y entre ésta y su medio” (Andrade Rodríguez de San Miguel, 1991). En esta visión de la comunicación organizacional se alude indirectamente a la definición popularizada por Paul Watslawick en la que expresa uno de sus postulados de la siguiente manera: “Es imposible no comunicarse” (Watzlawick, Beavin Bavelas, y Jackson, 1981), es por eso que esta concepción considera que todo lo que sucede dentro y fuera de la organización es comunicación. Por lo tanto, la comunicación es la semilla fundadora de cualquier tipo de organización, ya que sin ella no podría existir ni desarrollarse.
Dado el cometido que nos incumbe, es especialmente significativo el concepto de “comunicación efectiva” pues, como podremos observar a lo largo de nuestro recorrido y otorgándole la necesaria licencia al “juego de palabras”, toda COMUNICACIÓN incluye:
algo COMÚN que ha de ser compartido: la identidad, que se fundamenta en la misión y visión institucional.
Así, “las relaciones con los principales stakeholders” (Carrera y Vassolo, 2005) entre otros constitutivos y serán consideradas “conversaciones” y desde el punto de vista comunicacional es de considerar su valor inalienable:
El valor de la misión está indisolublemente unido a uno de los fines genéricos más importantes de la empresa: su continuidad. La misión, al dar significado y llenar de sentido el accionar de la empresa, genera fuertes lazos y altos grados de compromiso entre ésta y cada uno de los que participan en ella o se vinculan con ella (Carrera y Vassolo, 2005, p.4).
Una ACCIÓN, o una serie de acciones, que posibilitan que lo “común” sea compartido: las “conversaciones” que entabla la organización con sus stakeholders: “Hay una herramienta privilegiada en la gestión. Es el lenguaje, la conversación, el poder de la palabra, que se despliega en las ideas, los estados de ánimo y las prácticas en cuanto a acción” (Blejmar, 2009, p.34).
Haciendo uso de una metáfora de la mecánica, podemos decir que existe una relación directamente proporcional entre la calidad de la herramienta y la calidad del trabajo, sea este un arreglo o una mejora de impacto directo en el Plan Estratégico. Precisamente, siguiendo a Blejmar, una de las herramientas fundamentales es la competencia comunicativa, que:
…abre un campo fértil al desarrollo de la gestión. Al poner el foco en lo obvio, la calidad de las conversaciones (en contenido y estilo) recurrentes en una organización está directamente vinculada con la calidad de la gestión en esa organización (Blejmar, 2009, p.34).
Por lo tanto “…las organizaciones viven en un espacio bidimensional en permanente tensión entre su dimensión cambiante y su dimensión permanente” (Caldarola y Camusso, 2018). Es precisamente este dinamismo el que exige conversaciones como “respuesta” a las necesidades y exigencias de los distintos stakeholders, y la posibilidad de desarrollos, progresos y mejoras organizacionales que necesariamente los incluyen.
La segunda dimensión, propia de la misión, permite la “iniciativa” conversacional que elabora las bases necesarias (confianza, compromiso, visión compartida) para llevar adelante toda acción.
Dichas acciones constituyen una respuesta a las “nuevas demandas que impone la sociedad del conocimiento al sistema educativo” (Carriego, 2006) y nos obligan a considerar la relación entre la solidez de lo permanente y la fluidez de la exigencia de cambio en el marco de “una nueva consideración del concepto de calidad educativa” (Carriego, 2006).
Esa preocupación permanente que surge de la tensión entre lo que ha de permanecer y la necesidad de cambio nos invita a analizar el segundo término del concepto: la comunicación EFECTIVA.
Lejos de constituirse en un mero adjetivo, la efectividad de la respuesta institucional se constituye como una cualidad necesaria, un “propio” de la gestión y el liderazgo, además de un componente indispensable para el desarrollo de cualquier estrategia.
Será necesaria entonces la “construcción de una respuesta de calidad” (Carriego, 2006) en un contexto considerablemente desfavorable para las instituciones educativas. En este desafío permanente en que se pone en juego la legitimidad y la confianza (Carriego, 2006) de la escuela, la relación con los stakeholders, en tanto “respuesta”, exige una concepción comunicacional.
La Dra. Carriego ya subrayaba en su obra la importancia de la dimensión comunicacional al momento de enumerar los procesos o áreas de trabajo para la gestión de una escuela comprometida con su tiempo:
APERTURA AL DIÁLOGO Y A LA BÚSQUEDA DE CONSENSOS: los directores, como cabezas visibles de la organización escolar y en el rol de enlace con el entorno, deben promover el intercambio con el contexto, sumergirse en sus problemáticas, sus urgencias y sus prioridades estratégicas. Este proceso de comunicación con el entorno incluye: a los destinatarios directos (los alumnos y sus familias), a quienes forman parte del ámbito de influencia de la escuela (Carriego, 2006, p.2).
El proceso de comunicación mencionado exige un ámbito de participación comunitaria que “se hace indispensable” (Carriego, 2006) a la hora de formular el proyecto educativo institucional a partir del cual se deriva cualquier plan estratégico y que se gestiona desde el liderazgo directivo.
La participación mencionada necesita una deliberación que se constituye en un “proceso arduo y complejo” (Carriego, 2006) que, sin embargo, permita la elección de la mejor alternativa al momento de considerar el desarrollo institucional. Esta deliberación “requiere formación de actitudes nuevas y nuevos medios para la comunicación entre los actores” (Carriego, 2006).
Tales elementos (participación y deliberación) se ubican especialmente en el marco de la gestión de los procesos institucionales que requiere necesariamente de un trabajo en equipo que, a su vez, se desarrolla en innumerables “conversaciones”. La comunicación efectiva de las conversaciones de equipo para lograr los objetivos se constituye como esencial al considerar el “liderazgo pedagógico” (Carriego, 2006).
Por último, la comunicación efectiva será de suma importancia en la comprensión de la educación, fin propio de toda institución educativa.
Al mismo tiempo, es importante promover la comprensión de la educación como un proceso que exige acuerdo de criterios y valores para sostener la coherencia y la redundancia de los mensajes formativos; y que requiere del mediano y del largo plazo para evaluar resultados (Carriego, 2006, p.3).
Como hemos visto, la COMUNICACIÓN EFECTIVA implica estabilidad y dinamismo, respuesta a las demandas y exigencias e iniciativa en la acción, el desarrollo y la mejora de calidad.
Referencias:
- Andrade Rodríguez de San Miguel, H. (1991). Hacia una definición de la comunicación organizacional. Trillas.
- Blejmar, B. (2009). Gestionar es hacer que las cosas sucedan (1 ed.). Buenos Aires, Argentina: Centro de publicaciones educativas y material didáctico S.R.L. NOVEDUC.
- Carrera, A., & Vassolo, R. (junio de 2005). Documento de trabajo de la División de Investigación del IAE. Redescubrir la misión. Argentina: IAE: Escuela de Dirección y Negocios (Universidad Austral).
- Caldarola, C., & Camusso, F. (2018). Branding educativo. Cómo crear valor gestionando la marca-colegio. Rosario: Ediciones Logos.
- Carriego, C. (25 de junio de 2006). Gestionar una escuela comprometida con las demandas de su tiempo. Revista Iberoamericana de educación, 39(2), 5.
- Watzlawick, P., Beavin Bavelas, J., & Jackson, D. (1981). Teoría de la comunicación humana: interacciones, patologías y paradojas. (N. Rosenblatt, Trad.) Herder.