Joanne Quinn: «El aprendizaje profundo es un proceso que busca desarrollar seis competencias globales esenciales para que los jóvenes puedan navegar la vida con éxito»
Entrevista a Joanne Quinn, Directora de NPDL Global

En esta entrevista exclusiva, exploramos la visión y experiencia de Joanne Quinn, una reconocida especialista en educación que ha liderado junto a Michael Fullan un ambicioso proyecto internacional para transformar el aprendizaje en las aulas conocido en todo el mundo como Nuevas Pedagogías para el Aprendizaje Profundo (NPDL por sus siglas en inglés). Joanne comparte en esta entrevista cómo nació esta iniciativa global, los retos que enfrentaron, y la importancia de cambiar el sistema educativo para preparar a los niños y jóvenes para un mundo en constante evolución. A través de sus respuestas, descubrimos el enfoque pedagógico centrado en competencias globales y cómo la colaboración entre escuelas puede generar un cambio sostenible y profundo.
Introducción al proyecto global de aprendizaje profundo
¿Cómo surgió la idea de crear un nuevo tipo de aprendizaje a nivel global?
Perfecto. En un momento dado, invitamos hasta diez países para unirse a nosotros con un objetivo claro: crear un nuevo tipo de aprendizaje que realmente ayudara a todos los niños, no solo a unos pocos afortunados. La idea era preparar a los estudiantes para un mundo que está cambiando rápidamente. Comenzamos con siete países y ahora el proyecto ha crecido hasta veinte, algunos más grandes que otros.
Lo importante para nosotros era no solo cambiar el aprendizaje en unas pocas escuelas seleccionadas, sino hacerlo desde una perspectiva de sistema completo. Invitamos a cada país a participar con al menos cien escuelas, con la mentalidad de que esto debía ser algo para todos eventualmente. No queríamos que fuera una moda pasajera o algo especial para solo unas pocas escuelas que quisieran destacarse.
¿Por qué es importante abordar el cambio desde todo un sistema educativo y no solo desde escuelas aisladas?
Creemos firmemente que el cambio en una sola escuela es muy difícil de sostener. Cuando un grupo de escuelas trabaja junto, se crea una cultura compartida que acelera el proceso y asegura mayor sostenibilidad. Por eso, algunas naciones como Uruguay, Finlandia y Australia se unieron con grupos grandes de escuelas. Incluso en redes específicas, como las escuelas católicas para familias de ingresos bajos y medios, hemos podido fomentar esta colaboración.
El modelo de colaboración y sostenibilidad
¿Cómo se mantiene la sostenibilidad y el acceso al proyecto, especialmente en países de habla hispana?
Anteriormente, teníamos una membresía que implicaba un pago para unirse. Sin embargo, al cumplir diez años, decidimos eliminar esa barrera. Ahora, si una escuela quiere implementar este aprendizaje profundo por su cuenta, hemos creado un recurso para facilitadores disponible en español. Este recurso guía a los profesores a través de todo el proceso que normalmente ofrecemos en formación directa.
Otra opción es que un grupo de escuelas contrate nuestros servicios de consultoría para acompañar la implementación. En estos casos, las escuelas pagan por el servicio de consultoría, no por unirse al proyecto. Para países como Chile, trabajamos directamente con su equipo de liderazgo y formamos a sus profesores, colaborando con nuestra red en Uruguay para superar las barreras del idioma y la distancia.
¿Qué papel juegan las redes informales de escuelas en este proceso?
Nosotros creemos que las redes, incluso informales, son muy poderosas. No importa si no hay una entidad legal formal; lo que importa es la colaboración entre personas y escuelas. Por ejemplo, en Honduras, aunque no es una entidad legal, hay una red de personas comprometidas con este modelo. La pandemia nos enseñó que las personas aprenden mejor cuando están juntas, y estas redes permiten que los maestros compartan experiencias y crezcan juntos, incluso en contextos informales.
Competencias globales y pedagogías para el aprendizaje profundo
¿Qué es el aprendizaje profundo y cuáles son las competencias globales que se buscan desarrollar?
El aprendizaje profundo es un proceso que busca desarrollar seis competencias globales esenciales para que los jóvenes puedan navegar la vida con éxito. Estas competencias son habilidades que van más allá del conocimiento académico tradicional y preparan a los estudiantes para enfrentar desafíos reales.
Las competencias incluyen la comunicación, el pensamiento crítico, la colaboración, la creatividad, la ciudadanía global y el aprendizaje autónomo. Estas habilidades permiten a los jóvenes no solo aprender contenidos, sino también aplicarlos en contextos complejos y variados.
¿Cómo se integran estas competencias en la enseñanza diaria de los profesores?
Los docentes toman decisiones pedagógicas intencionales para diseñar experiencias de aprendizaje que desarrollen estas competencias. Por ejemplo, si un profesor quiere enfocarse en el pensamiento crítico, puede elegir un tema histórico y no limitarse a que los estudiantes lean y memoricen datos.
En lugar de eso, puede plantear preguntas más profundas, como: ¿Cuáles fueron las implicaciones de ciertos eventos históricos? ¿Qué cuestiones éticas surgieron? Esto exige un nivel más alto de análisis y reflexión por parte de los estudiantes. De igual forma, si se quiere fomentar la colaboración, los profesores estructuran cuidadosamente el trabajo en grupo y evalúan no solo el producto final, sino también la calidad de la interacción entre los estudiantes.
¿Por qué es importante ser intencional con estas competencias y no dejarlas al azar?
Si dejamos que el desarrollo de estas habilidades quede al azar, solo algunos estudiantes las adquirirán, generalmente aquellos que reciben apoyo en casa o que tienen una predisposición natural. Pero estas competencias son habilidades para la vida, y todos los jóvenes deberían tener la oportunidad de desarrollarlas. Nuestro objetivo es que los estudiantes sean buenos aprendices y estén preparados para la vida, no solo para pasar exámenes.
El proceso de implementación y el rol de los líderes escolares
¿Cómo se inicia la implementación de este modelo en una escuela o red de escuelas?
Siempre comenzamos con una reflexión entre los líderes escolares. Les preguntamos: ¿Qué queremos que nuestros estudiantes sepan, puedan hacer y sean al salir de la escuela? Les pedimos que piensen en sus propios hijos y en lo que desean para ellos. Este ejercicio genera un consenso y muchas veces conduce a identificar esas seis competencias globales como prioridades.
Luego, analizamos qué está haciendo actualmente la escuela para desarrollar esas habilidades. Se hace una lista larga de actividades y oportunidades. A partir de ahí, se busca ser más intencional y sistemático en cómo se fomentan esas competencias.
¿Qué papel juegan los equipos de maestros en este proceso?
Identificamos maestros interesados en estas nuevas formas de enseñanza y los invitamos a formar un equipo con los directores. Este equipo se capacita, experimenta y luego comparte sus aprendizajes con el resto de la escuela. No es un cambio que se hace de la noche a la mañana; requiere tiempo, práctica y reflexión continua.
¿Cómo es el acompañamiento y la formación continua durante el año escolar?
Generalmente, realizamos cinco encuentros presenciales al año. Comenzamos con dos días de formación intensiva, luego los maestros regresan a sus escuelas para probar nuevas estrategias, y posteriormente nos reunimos para compartir experiencias y aprender más. Este ciclo de formación y aplicación práctica es clave para que el cambio sea efectivo y duradero.
Adaptabilidad del modelo y recursos disponibles
¿El modelo funciona en diferentes contextos culturales y económicos?
Una de las cosas más emocionantes es que este enfoque funciona tanto en países ricos como en países con menos recursos, en ciudades o en zonas rurales, y en diversas culturas. El modelo se adapta al contexto local, con ejemplos y materiales que reflejan la realidad y la cultura de cada país.
Por ejemplo, en Uruguay hemos adaptado los recursos al idioma español y a la cultura local. Pero esos mismos recursos y videos se utilizan también en Australia, Inglaterra y otros lugares con gran éxito, demostrando su versatilidad.
¿Qué recursos están disponibles para escuelas o maestros que quieran comenzar?
Escribimos un libro que contiene todas las herramientas y protocolos que utilizamos en la formación. No es un libro para vender, sino para compartir y facilitar la implementación. Está disponible en español y es una excelente guía para quienes quieran empezar a explorar este enfoque.
Además, nuestro sitio web ofrece videos y materiales complementarios, aunque actualmente está en proceso de renovación para mejorar la experiencia del usuario. Estos recursos permiten que los docentes y directores puedan entender y aplicar el modelo sin necesidad de formación presencial inmediata.
Ejemplos de pedagogías que fomentan el aprendizaje profundo
¿Qué metodologías o pedagogías recomiendan para lograr el aprendizaje profundo?
Hay varias metodologías efectivas que promueven este tipo de aprendizaje. La enseñanza basada en el pensamiento de diseño es una de ellas. Por ejemplo, trabajamos con estudiantes que participaron en proyectos de diseño para resolver problemas reales en sus comunidades, lo que les permitió desarrollar competencias clave como la creatividad y la colaboración.
Otras pedagogías incluyen el aprendizaje cooperativo, el aprendizaje basado en problemas y el uso innovador de la tecnología. Estas metodologías permiten a los estudiantes trabajar activamente, resolver problemas complejos y aprender de manera significativa.
¿Cómo influye la tecnología en este modelo de aprendizaje?
La tecnología puede ser una herramienta poderosa, pero debe usarse con intención pedagógica. No se trata solo de usar plataformas digitales, sino de diseñar experiencias de aprendizaje que integren la tecnología para potenciar las competencias globales. Por ejemplo, plataformas que facilitan la colaboración o la resolución de problemas pueden ser muy útiles si se usan correctamente.


Consejos para líderes y educadores que quieren transformar su sistema educativo
¿Qué consejos les darías a los directores y maestros que quieren iniciar este cambio?
Lo primero es tener una visión clara y compartida sobre lo que quieren para sus estudiantes. Hacer la pregunta fundamental: ¿Qué queremos que nuestros estudiantes sepan, puedan hacer y sean? Esto genera una motivación profunda para el cambio.
Es fundamental formar un equipo comprometido que incluya líderes y maestros interesados. La formación continua y el acompañamiento son claves. No se trata de hacer un taller y listo, sino de un proceso de aprendizaje constante.
Además, crear redes con otras escuelas, incluso informales, ayuda a compartir experiencias, recursos y a mantener la motivación. La colaboración es el motor del cambio sostenible.
¿Qué papel juega la paciencia y el tiempo en este proceso?
Es importante entender que la transformación educativa no es inmediata. Requiere tiempo para que los profesores experimenten, reflexionen y ajusten sus prácticas. Por eso, insistimos en ciclos de formación y aplicación, donde se aprende haciendo y compartiendo.
También es importante celebrar los pequeños logros y mantener el enfoque en el bienestar y desarrollo de los estudiantes. Cuando los estudiantes empiezan a disfrutar el aprendizaje y a ser protagonistas de su proceso, se ve que el esfuerzo vale la pena.
Reflexiones finales y el impacto en los estudiantes
¿Puedes compartir alguna historia que refleje el impacto de este enfoque en los estudiantes?
Claro, recuerdo a una chica de quince años que participó en nuestro trabajo de pensamiento de diseño. Cuando tenía doce años, expresaba que no le gustaba trabajar en grupo y que prefería métodos tradicionales. Tres años después, habló con lágrimas en los ojos sobre cómo este nuevo enfoque le había cambiado la manera de aprender y de relacionarse con sus compañeros. Ahora ama trabajar en equipo y se siente mucho más motivada.
Esta historia muestra cómo el aprendizaje profundo no solo desarrolla competencias académicas, sino también habilidades sociales y emocionales que son fundamentales para la vida.
¿Cuál es el mensaje final que quieres dejar a los educadores y líderes escolares?
Queremos cambiar el mundo a través de la educación. No es una tarea fácil, pero es posible si trabajamos juntos. La educación debe ser para todos, no solo para unos pocos. Si unimos fuerzas, compartimos recursos y mantenemos una visión clara, podemos transformar el aprendizaje y preparar a los jóvenes para los desafíos del siglo XXI.
Así que la invitación es a sumarse a esta visión, a formar redes, a ser intencionales en la enseñanza y a nunca perder de vista que lo que hacemos es para el bienestar y desarrollo de nuestros niños y jóvenes.
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