Educación

La urgencia y la necesidad de poner el foco en las trayectorias escolares

Las trayectorias de los/as estudiantes en contextos de educación en emergencia

Como todos/as sabemos desde inicios del año 2020 venimos atravesando una situación excepcional causada por el virus Covid 19. Esto afectó a todos los sectores y ámbitos de la vida personal de cada uno de nosotros y además puso “en vilo” el funcionamiento de algunos sistemas, entre ellos el Sistema Educativo.

A lo largo de esta Pandemia fuimos viendo cómo las dinámicas institucionales se vieron afectadas y como consecuencia se produjo una reorganización escolar que afectó a todos los agentes de la institución desde los equipos directivos, docentes, alumnos/as y familias.

Dichos cambios afectaron no sólo a la parte administrativa de las escuelas sino también lo vincular y, por supuesto, repercutió directamente en lo pedagógico. Precisamente es este ámbito en donde se debe poner el foco, ya que de una manera “dolorosa” la escuela tuvo que reinventarse, resignificar sus modos de hacer y sus dinámicas instaladas.

Pasamos del aula presencial al aula virtual y tratando de impartir las clases por distintos medios tecnológicos o implementando estrategias con el uso de los cuadernillos de enseñanza.

Hubo una especie de “revolución” repentina de formas de acceder al conocimiento, como el uso de plataformas educativas, Classroom, grupos de Whatsapp, encuentros por Zoom, entre otras maneras.  Y en este contexto los docentes, los estudiantes y las familias hicieron “lo que pudieron y como pudieron”.

Es así como en esta nueva forma de enseñar y aprender las trayectorias escolares de los estudiantes se vieron afectadas. ¿Pero qué entendemos por Trayectorias escolares?

Para poder responder a este interrogante citaremos a Flavia Terigi en “Trayectorias escolares e inclusión (2014) donde hace mención a las mismas diciendo que (…)” las trayectorias escolares son los recorridos que realizan los sujetos en el sistema escolar analizados en relación con la expectativa que supone el Diseño de tal sistema(…) haciendo una categorización según cómo sean esos recorridos, en Trayectorias Teóricas escolares, Reales y No encauzadas.

Precisamente éstas últimas son las que presentan un gran desafío tanto para los equipos directivos como para los/as docentes ya que refieren al tipo de recorrido que no sigue lo “esperado “por el sistema y los que presentan el más variado tipo de itinerario. Es decir que nos muestra la mayor heterogeneidad posible, todo un abanico de posibilidades (el alumno que se inscribe y no ingresa, el que ingresa tarde, el que no permanece, el que repite, el que permanece, pero no aprende, el que no finaliza y no titula, el que abandona temporalmente) y también de oportunidades que nos desafían diariamente, tal vez es la deuda que aún tenemos que saldar. 

Como se dijo antes, esta situación excepcional que venimos transitando ha puesto en evidencia toda la diversidad y las distintas trayectorias de los estudiantes. Como consecuencia esto    nuevamente nos desafía a tener que repensar el rol del  sistema educativo   como garante del derecho de  la educación de los niños, niñas  adolescentes y jóvenes, ya que hablar de inclusión hoy  no es sólo que los estudiantes no “asistan, ya sea de manera presencial o virtual a las clases” sino que nos obliga a pensar de manera conjunta que debemos  seguir encontrando estrategias que permitan pensar y actuar desde  la situación actual en donde muchos de nuestros estudiantes viven situaciones de vulnerabilidad socio emocional y educativa y así en este contexto tan incierto que podamos ofrecerles y garantizarles trayectorias continuas y completas, no vulnerando su derecho a la educación.

Pero también sabemos que hay situaciones que nos exceden como escuela y por eso la importancia de trabajar juntos con otros equipos institucionales, abriendo y manteniendo canales de   comunicación interinstitucional con otras organizaciones sociales y del estado que aboguen por el cuidado y la protección de los derechos del niño/as y adolescentes.

Por último, nos compete como docentes poder pensar formas de abordaje y de trabajo con nuestros estudiantes que sean inclusivas, no exclusivas, que tengan en cuenta en principio la situación de emergencia que estamos viviendo, y así poder planificar condiciones pedagógicas donde se ofrecen diversos caminos y modos de enseñar y que realmente la atención a la diversidad no sea simbólica sino real.

Clarisa R. Gavazza

Profesora de Lengua y Literatura en el nivel secundario.

Licenciada en Educación Secundaria (UNTREF)

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