Carta a un directivo que inicia en la gestión
Estimado/a Directivo/a,
¡Qué bueno es saber que has elegido embarcarte en esta aventura tan apasionante! El recorrido que recién comienzas puede parecer abrumador, pero también estará colmado de desafíos y satisfacciones por los objetivos logrados. Hay que poder reconocerlos y darse una palmadita de ánimo en la espalda, quizá con el mismo énfasis con el que reconozcas las incertidumbres, desaciertos y errores. En primer lugar me gustaría contarte que la tarea de gestión educativa es mucho más abarcante de lo que seguramente imaginas. Implica un desarrollo profesional atravesado por ciertas características y habilidades muy específicas que difieren de aquellas que necesita un docente frente al aula. Considero que un directivo debe ser un excelente docente, pero no necesariamente todo buen docente se convierte en un excelente directivo.
Tu ingreso a la Gestión Educativa debería verse como un camino de profesionalización en tu carrera dentro del sistema educativo. La tarea del director requiere actualización, investigación y educación permanente que partan de una profunda y sincera vocación por guiar y mostrar el camino y hacer de su institución la mejor escuela posible, con altas expectativas para todos sus integrantes. Una buena escuela es aquella que nunca deja de crecer y mejorar. Por eso es preciso indagar en las habilidades que necesitarás desarrollar para llevar a cabo esta función que implica una multiplicidad de tareas. Será necesario poder tomar perspectiva y observar la institución y todo su entramado de manera global, pero a la vez dedicar el tiempo y la energía adecuada para un análisis detallado y minucioso. ¿Comienzas a sentir el peso de la complejidad de la labor de gestión? ¡Ánimo, no dejes de leer, el recorrido también es altamente motivante y satisfactorio!
Un directivo, y especialmente en los momentos educativos que atravesamos, debe poseer virtudes que lo escolten en su diario caminar como el optimismo, la prudencia, la resiliencia, la adaptabilidad y flexibilidad para lograr navegar aguas turbulentas sin perder el rumbo ni la compostura. De este modo podrá hacer los movimientos de timón, sutiles o amplios, que hagan falta en el momento indicado, y podrá guiar a su tripulación a buen puerto. Sumado a estas virtudes, tu calidad humana, tu capacidad de escucha atenta y activa, tu empatía y confianza en el otro serán herramientas fundamentales para lograr un buen clima institucional y una positiva conformación de equipos de trabajo. Recuerda siempre valorar la opinión y los aportes de tus docentes. Su perspectiva será distinta de la tuya pero sumamente necesaria y enriquecedora para tu proceso de toma de decisiones.
Tu crecimiento personal y profesional en el rol, en la interacción con tu comunidad educativa, dependerá en gran manera de tu capacidad reflexiva y de aprendizaje constante. Deberás estar siempre abierto/a a la observación y la autocrítica constructiva y humilde. Esta apertura te permitirá desarrollar tu sentido de gestión pedagógica para basar tus decisiones en diagnósticos claros, en datos y evidencias objetivas. Será importante llevar a cabo momentos de reflexión y autoanálisis intencionales, planificados y que formen parte de tu agenda de gestión. Seguramente habrá momentos en que sientas que el emergente cotidiano te fagocita y te priva de tiempo para pensar en qué se necesita hacer, cuál es la mejor forma de hacerlo y cómo se pueden evaluar los resultados. No te dejes llevar por la tentación de ocuparte únicamente de lo urgente, lo importante sigue estando allí y la institución se compone de diversas dimensiones que merecerán tu atención. Nunca olvides que lo pedagógico, el proceso de aprendizaje de los alumnos es parte fundamental de la misión de una institución educativa.
Quizá a esta altura de la carta te estés preguntando cómo es posible lograr el manejo efectivo de tantos frentes y el desarrollo de tantas capacidades en simultáneo para llevar adelante un solo rol. Y eso es lo apasionante de nuestra tarea. Nunca es monótona la vida de un directivo comprometido con su vocación. Nunca es aburrido el devenir cotidiano. Ninguna semana es igual a la anterior y siempre hay nuevos desafíos. Lo planificado y programado siempre se encuentra interceptado por lo emergente. La estrategia que funcionó de mil maravillas con un grupo determinado de alumnos o docentes puede no funcionar con otro, y uno se lleva interrogantes y desafíos para pensar y volver a empezar.
Deberás aprender a gestionar los talentos de cada uno de los miembros de tu comunidad educativa. Trabajar en equipo plantea desafíos. Intenta que cada uno pueda dar lo mejor de sí, y que tu equipo docente crezca y florezca desde sus propias virtudes y habilidades. Es preciso descentralizar el poder y la toma de decisiones en la medida justa para favorecer el desempeño de las tareas, y evitar que se solapen las funciones. Esto implica saber delegar y confiar, y luego poder responsabilizarse por los resultados y efectos de las decisiones que se tomen y acuerdos a los que se arriben.
Te asigno aquí una primera tarea para el inicio de tu rol. Interésate por conocer en profundidad la cultura institucional. Si quizá acabas de incorporarte a una institución, recuerda que tiene una historia, una forma particular de hacer las cosas que se fue forjando antes de tu llegada, a lo largo de los años. Respeta sus símbolos y los lenguajes comunes compartidos por sus miembros que la hacen única y le dan identidad y pertenencia a todos aquellos que la componen. Para intentar modificar algún aspecto de esa cultura, debes conocerla primero y entablar lazos, abrir espacios de diálogo y estar dispuesto a generar momentos de intercambio colectivo de ideas. Todos deben formar parte de este análisis y de la propuesta de cambios.
No pierdas nunca el interés por innovar. Una escuela creativa e innovadora se convierte en un ámbito de aprendizaje y de trabajo sumamente motivador. Aprovecha las ventajas que te brinda la planificación estratégica para alcanzar grandes objetivos de innovación y crecimiento institucional, utilízala como tu mapa de ruta. Avanza siempre en pos de lograr la calidad educativa en todos sus aspectos. Víctor García Hoz habla del concepto de calidad educativa mencionando algunos componentes indispensables para definirla: la integridad del planteo, la coherencia en la realización de los planes y una gran eficacia en los resultados obtenidos. Considero que estos componentes son un muy buen parámetro para comenzar a fijar estándares de calidad educativa en tu institución, en el inicio de tu recorrido de gestión.
En un escenario ideal, podría decirte que el acompañamiento inicial en tu nuevo rol, por parte de otros directivos experimentados, será un andamiaje fundamental. Busca buenos modelos a seguir. Intenta formar parte de una red para recibir y luego brindar apoyo y orientación. Busca retroalimentación de alguna manera para poder crecer a partir de la reflexión sobre tu propia práctica directiva, entendiendo que tus docentes necesitarán lo mismo, y deberán verte como asesor pedagógico, formador y mediador. ¿Una buena estrategia para lograr acompañamiento y sobrevolar la soledad que puede proyectar el rol directivo? Inscríbete en algún programa de inducción o iniciación en gestión. Si no lo encuentras, arma tu propio “grupo de estudio” o “círculo de directivos” para poder encontrarte con otros, investigar, compartir experiencias y escuchar las voces más experimentadas. Continúa aprendiendo con ellos. Busquen fuentes de lectura inspiradora y analicen casos de estudio. Éste podría ser no solo un buen espacio de sabiduría compartida para tus inicios en la gestión, sino también un apoyo emocional fundamental en momentos de perplejidad.
Finalmente, y desde mi trayectoria como directora, deseo transmitirte que la pasión que siento por la gestión educativa sigue intacta y en crecimiento después de veinte años. Deseo que tu recorrido esté lleno de aprendizajes, logros y profundos vínculos afectivos. Que puedas brindarte a otros, sirviendo a tu comunidad educativa desde el respeto y el amor. Que seas un faro alumbrando el camino de todos los que compartan tus días en la institución que elijas guiar.
Afectuosamente,
Betina Pizzuto