Inclusión

“Cuando la escuela aloja la diferencia”. Huellas y marcas en las biografías escolares

Descripción del proyecto que tiene como protagonistas a jóvenes del Centro de Formación Integral (CFI) de la Escuela Especial Hurlingham

A modo de apertura

“…dicen los antropólogos que la historia es lo que pasa y pesa”

Anónimo

Para comenzar a desarrollar el escrito creemos importante compartir la historia de quiénes lo escriben, cuáles son y cuáles fueron sus sustentos teóricos prácticos. Esta pequeña introducción será a modo de umbral, para pasar desde la mirada socioeducativa histórica, no sólo de nuestra  escuela, sino también de la modalidad especial, a una mirada actual, en la que trataremos de transmitir también cierta idea de futuro.

La modalidad de educación especial está en continua revisión, se cuestiona con quiénes trabajamos, qué hacemos, qué deberíamos hacer, quiénes son los incluidos, quiénes son los excluidos. Hacia adentro de nuestras escuelas, muchos de estos cuestionamientos están saldados, o vamos camino a eso. Las escuelas de la modalidad están para enseñar, como cualquier otra institución educativa, pero estamos llamados a declararlo y una manera es compartiendo lo que hacemos, por eso estamos en el Congreso.

La inclusión no es una potestad ni es privativa de las escuelas llamadas históricamente  “comunes”, buscamos ampliar esta concepción e incluir a cualquier  estudiante  que habita  la escuela y ocupa un  lugar de aprendizaje, más allá que sea de nivel o modalidad. Por lo general se parte  de la falacia, por lo menos para los que estamos convencidos de algo diferente, que sólo estarían “incluidos“ en el sistema educativo, quienes transitan su escolaridad en las escuelas de los niveles obligatorios, dejando en una  especie de “segregación” y de ausencia de derecho a la educación a quienes concurran a las sedes de nuestra modalidad. (Dirección de educación especial, p 3).

Es así como encontramos en las escuelas de nivel “alumnos incluidos” que no están generando lazos de amistad con otros, compartiendo juegos, realizando aprendizajes básicos, y cuando llegan al final de su secundario, egresan sin haber construido bases para un proyecto de vida.

La Escuela Especial Hurlingham es una institución que se fundó hace 30 años (este año estamos transitando este aniversario), cuyas premisas en esos tiempos eran de “Recuperación e Integración”. En tiempos de inclusión estas premisas han sido modificadas (Educando en la Inclusión), y nos impulsan a llevar adelante una propuesta educativa con una inserción socio – educativa. Sostenidos desde otro paradigma, que se hace presente con otro eje teórico, pero sin renunciar a nuestra semilla fundacional que es que todos podemos aprender, que la escuela es un lugar de enseñanza, y donde hay que ser mirado desde lo posible. Con el transcurrir del tiempo se fue transformando la idea de que había que “recuperar” a los estudiantes en situación de discapacidad, para pensar en el valor que tiene aprender y  enseñar a todos y todas.

Los cambios de paradigma cuando son acompañados por políticas públicas, en este caso nos interesan las educativas, invitan a las escuelas a re- adaptarse y buscar nuevos caminos y oportunidades, para sostener y acompañar trayectorias educativas diversas.

Tenemos que promover espacios de escucha de los conflictos, pensar entre varios los posibles abordajes, corresponsanbilizarnos, hacer lugar«; en palabras de Ainscow (2019) “salir del formato a puertas cerradas, derribar muros que nos encorsetan en viejos moldes ya que no le sirven a nadie”. (Untoiglich, G., p 45)

Las nuevas políticas educativas le permiten a las personas en situación de discapacidad tener un rol activo, de decisión sobre su futuro, siendo partícipes necesarios de su vida. La escuela especial es un lugar para muchos niños, niñas, jóvenes y adultos  para construir aprendizajes socialmente significativos, para incluirse socialmente, un lugar de pertenencia, que lejos de segregar, genera redes que nos vinculan y nos permiten crecer como sociedad, tomando, mirando, escuchando en la diferencia un valor a construir y defender como educadores.

Emprender un camino posible:

“La enseñanza se puede pensar desde la mirada larga de las utopías…“

Daniel Brailovsky

Al adentrarnos en la narración de la experiencia; lo primero que queremos aclarar es que la experiencia  no surge como una buena intención o una idea, sino que tiene huellas, sentires y sentidos que se ven reflejados a lo largo de la historia institucional.

Este proyecto tiene como protagonistas a jóvenes del Centro de Formación Integral (CFI) de la Escuela Especial Hurlingham. Desde la escuela  nos encontramos con un grupo de estudiantes que tenían la “posibilidad”,  desde los aprendizajes básicos y  fortaleza emocional, para sostener su trayectoria en un secundario. Al ser mayores de 18 años, el lugar era la educación para adultos. Dicha experiencia comenzó con el programa Adultos 3.0 (2019- 2020) (campusvirtualadultos.com.ar) con dispositivo de inclusión. El programa era a través de dicha plataforma. La comunicación con los profesores era por medio de una Asesora Pedagógica, el material se descargaba de la plataforma, se realizaban las actividades obligatorias, en la sede de escuela especial acompañados por un docente y se entregaban  en las fechas que estaban estipuladas.  Los y las estudiantes debían concurrir al CENS Nº458 de San Martín para rendir las evaluaciones, que eran preparadas por el nivel central y no por los profesores que ejercían de tutores. 

Entre diciembre de 2019 y febrero del 2020, el programa comenzó a perder fuerza por el cambio de gestión. La preocupación era qué iba a pasar con los  chicos y chicas que ya estaban cursando, y con aquellos que estaban  ilusionados con empezar. A los pocos días comenzó el ASPO, y la pequeña luz de esperanza de la continuidad se derrumbó, ya que el plan dejó de existir y sus autoridades (asesora pedagógica) ya no estaban.

Marzo de 2020 nos encontró organizando una nueva escuela, porque la presencialidad dejó de ser una posibilidad. A los estudiantes de sede y que estaban haciendo trayectorias en el nivel les pudimos dar respuesta, menos a aquellos que estaban en este proyecto.  Se nos generaba una nueva situación, qué ofrecer a nuestros estudiantes, había que buscar otra propuesta, no fue fácil. Después de buscar diferentes opciones, conversamos con Daniel,  el director del CENS Nº458, quien nos contó que ellos trabajaban con una Resolución de secundario para adultos a distancia (Resolución 106/18), con esta nueva propuesta dejó de existir la figura de asesora pedagógica, docentes tutores, y dimos paso a una escuela secundaria con algunas particularidades del programa, pero con las normas de la escuela secundaria que conocemos, por lo menos antes del cambio del régimen académico.

El secundario de modalidad a distancia tiene algunas situaciones distintas de lo que nosotros conocemos. La cursada que justamente es a distancia, se sugiere tener tutorías pautadas con los profesores de cada materia para que conozcan a los y las estudiantes y establezcan un vínculo con ellos, las mismas son opcionales. La resolución 106/18 de Educación a distancia es la que enmarca el secundario en el CENS. El título es Humanidades y Ciencias Sociales con especialización en Gestión de Políticas Públicas. Tiene 28 materias divididas en un ciclo básico de 23 materias y la orientación que consta de 5 materias específicas. Las materias son trimestrales y no se pueden hacer más de tres por trimestre, el año se divide en 4 trimestres. La evaluación la decide cada profesor, pueden ser trabajos prácticos, evaluaciones orales o escritas, elección de un tema para desarrollar, entre otras maneras. Siempre deben hacer un cierre con el o la profesora en el CENS. Deben cumplirse cierta cantidad de actividades obligatorias para tener “derecho a examen” y finalizar la materia. Se intenta pautar con los profesores fechas de entrega y evaluaciones, según las características de la materia y de cada estudiante.

Tomando lo que los estudiantes pedían y las posibilidades que nos daba la educación a distancia, armamos la propuesta para nuestros jóvenes, que consistía en realizar su formación técnico específica, la que ellos eligieron, en un turno, y en el otro, un proyecto de inclusión con apoyo pedagógico, acompañados por maestras de apoyo que cumplen la función de guía para la resolución de las actividades y la preparación de las materias para rendir.

La escuela y sus proyectos, cuando son potentes, son esperanzadores y conmueven, tienen la particularidad que no solo afectan a los  actores principales, estudiantes – docentes, sino también a todos lo que sostienen y dan marco al acto educativo, a la comunidad educativa.

En el CFI, cada propuesta es un desafío para los estudiantes y docentes: prácticas profesionalizantes en ambientes de trabajo, trayectos curriculares compartidos, armado de proyectos donde ellos son los protagonistas, proyecto solidario, salidas educativas, formación técnica específica en los talleres, trayectos en escuelas secundarias, en Centros de Formación Profesional y el CENS, son algunas de las situaciones que se viven a diario en la formación de los jóvenes y adultos que transitan nuestra institución educativa, teniendo como premisa “educar en la inclusión con aprendizajes”.

El trabajo entre los docentes es esencial para poder delinear trayectorias posibles, y esto no tiene que ver con aprobar las materias, sino con el camino transitado, las experiencias recogidas por todos; citando a Groso (p 122) “… la inclusión es una actitud, una postura frente a la vida, relacionada con un sistema de valores y creencias, que se materializa en acciones y que asume que, en todos los grupos humanos, la convivencia en la diversidad es la mejor forma de beneficiar a todos y cada uno de sus participantes”.

Creemos fuertemente en esto, por eso más allá de las resoluciones, que son  necesarias, también se requiere de personas, profesionales, docentes, que entiendan y sostengan el valor de la inclusión, y lo materialicen en prácticas concretas y  cotidianas, con gestos que marquen las diferencias, con evaluaciones que acompañen procesos  y no sólo resultados.

Los  “elegidos”, los estudiantes, los otros, los cualquiera

El lenguaje popular dice: “El deseo y el amor no se ordenan”
(Cordié, 2011)

La sede de la escuela especial es habitada por estudiantes que llegan en y por diferentes situaciones: fracaso escolar, sufrimiento, situaciones de escasos aprendizajes, elección, otros hacen su escolaridad en la modalidad  buscando un lugar en la escuela, buscando una mirada que posibilite, en palabras de Filidoro que  se pase de la afirmación “no puede” a la afirmación “hay modos diferentes de entender”. (2013).

Marcelo Rocha plantea que la escuela es uno de los principales escenarios en los que se producen muchas marcas, algunas quedan como huellas que nos afectan y nos potencian y otras, que nos inmovilizan o requieren de apoyos, o de una mano que nos permita andar por nuevos caminos o aventurarse a sobre- pisar aquellos transitados. Esta cita nos permite armar un puente para pensar cómo fue la construcción de este proyecto, en un primer momento, tiene que ver con revisitar las prácticas cotidianas, teniendo estudiantes en nuestro Centro de Formación Integral con la posibilidad de realizar el secundario, pero sin el deseo de volver a la escuela de nivel, en la que habían tenido una vivencia de poca mirada, de fracaso, de exclusión.

El nivel secundario se presenta frente a muchos estudiantes como una meta difícil de alcanzar, su estructura, en muchas oportunidades rígida, no permite que se puedan desplegar propuestas educativas que permitan acceder, permanecer y egresar, a jóvenes que presentan alguna dificultad en sostener la propuesta por algún motivo.

Cuando empezamos a pensar con los jóvenes sobre la posibilidad de anotarse en el secundario, la mayoría no quería acceder, hacía muchos años que el nivel dejó de ser una opción. Elegían nuestra formación pedagógica, porque sentían que la escuela especial era un lugar de aprendizaje real, de contención, donde sí eran mirados, escuchados, alojados, donde el aprendizaje se volvía interesante, amoroso, accesible, dice Skliar (2017, p.p25) “En tiempos en que se insiste con cierta obsesión en que hay que educar a todos, en que hay que incluir a todos, no es menos pretenciosa – pero sí sin afectaciones ni palabras de moda- la amorosidad con que pudiéramos asumir la responsabilidad de enseñar a los demás. Enseñar cómo mostrar, cómo dejar signos que otros- cualquiera sean- descifrarán a su tiempo, a su modo”.

Fue una construcción convencer a los estudiantes de que tomen la posibilidad de realizar un trayecto en la escuela de nivel, convencerlos que no era una decisión de vida, sino que era probar un cambio, que era beneficioso. Pero las respuestas de algunos estudiantes nos ubicaron en que no era una decisión más, sino que había algo del pasado que se resignificaba:  “¿por qué a nosotros?” (Milagros, 21 años), “no me da la cabeza” (Andrés, 20 años), no voy a poder (Christian, 21 años). “Ayúdenme a prepararme porque quiero hacer Adultos 3.0” (Facundo, 18 años, en referencia a su deseo de hacer lo que hacían compañeros suyos).

A muchas de esos planteos, no teníamos las  respuestas, sus frustraciones estaban impregnadas en sus biografías escolares, en sus historias como estudiantes, pero claramente era válido y necesario ponerlo en palabras, exponerlas con los otros, seguramente con cierto temor al fracaso, nosotros estábamos ahí para cuidar, porque la labor docente tiene que ver con el cuidado, que se hace porque se enseña (Brailovsky, jardín de infantes). Llevó tiempo que se convenzan que era bueno intentarlo, y fue así que en marzo de 2019 se comenzó la cursada con 11 estudiantes.

Hay muchas anécdotas para narrar sobre cómo fue el camino transitado de los estudiantes durante el año, desde los miedos frente a cada examen, felicidad frente a cada evaluación aprobada, la tristeza cuando no se alcanzó y la esperanza por volver a intentar, las miradas de los otros que pronto se van a sumar manifestando:

Frente a los exámenes, los estudiantes se mostraban nerviosos, aparecía ese miedo al fracaso que los había marcado en algún momento: Yo nunca estudié con un manual, no entiendo nada, es montón, no quiero presentarme, voy a dejar la materia, voy a dejar el secundario. Al desaprobar alguna materia, dictaminaban: “¿viste que no podía?”.

Estas inquietudes, también les aparecieron a las docentes que acompañaban a los estudiantes, ya que, en los inicios, no tenían acceso a las evaluaciones y a la posibilidad de hacer las configuraciones de apoyo,  ya que el programa Adultos 3.0 no lo permitía. Como equipo directivo, acompañamos en estos momentos, creyendo fehacientemente que lo novedoso, genera incertidumbre y que la posibilidad de una inclusión real es posible. Con el paso del tiempo, las intervenciones en las evaluaciones se hicieron posibles, por el trabajo conjunto con la asesora pedagógica de la Modalidad de Adultos, quien siempre se mostró predispuesta para dar respuestas a nuestras dudas. Al cambiar del programa a la educación secundaria, todo se volvió más predecible, aunque no más sencillo. Que la PPI pueda construirse en forma conjunta, para que se implementen maneras diferentes de acceder a los contenidos, sigue siendo un camino a construir. Seguimos conversando con el director, y los profesores de CENS, para que podamos, en principio, alojar a los estudiantes, y así generar las condiciones de aprender y enseñar. Cada una de estas situaciones sirvió para que los alumnos y alumnas aprendieran sobre la diversidad, sobre las diferentes miradas con las que se podían encontrar en la vida. Porque… ¿Qué es la educación si no una preparación para la vida?

Escucharlas moviliza, nos hace pensar, nos invita a reflexionar… ¿Qué marcas deja la escuela? ¿Cuáles son las huellas que queremos dejarles? En este link, podrán escuchar las palabras de tres estudiantes que transitaron este proyecto… https://youtu.be/iMDA5jtz5JA?feature=shared

Un camino logrado

“El mundo no está hecho de átomos, está hecho de historias”.

Eduardo Galeano

Este breve escrito nos permitió  “recordar”, este término se define como volver a pasar por el corazón (Del Latín re- cordis), por eso pensamos que, más que un recorrido teórico – práctico, terminó siendo un un relato emotivo y amoroso, por lo menos para los que lo escribimos y vivenciamos, volver a pensar en esos estudiantes que fueron pioneros, y ahora vuelven de visita siendo hombres y mujeres, y los que están en pleno proceso, disfrutando del transitar la escuela.

Por eso sentimos que para  hacer posible este proyecto, no sólo debemos hablar de políticas educativas, sino también de personas que lleven adelante estas políticas, sin las que no sería posible realizarlo. Nuestro agradecimiento por su asesoramiento y acompañamiento: a la Inspectora de la Modalidad de Educación Especial de la región VII: Mariana Quintieri, a la Inspectora de la Modalidad de Adultos: Silvia Díaz, a la Ex Asesora Pedagógica de la modalidad de Educación de Adultos de la región VII: Cynthia Bustos, al director Daniel Diez, y especialmente  a las docentes que se animaron a pensar una trayectoria distinta, a las familias que confiaron y, a los estudiantes, que, a pesar de sus miedos, de haber vivido malas experiencias, se animaron a volver a intentar, a volver a ese lugar que, en algún momento, los excluyó. Sigamos pensando y construyendo  una escuela que nos invite a convivir, que sirva como sostén a la inclusión.

¿Por qué no volver a intentarlo? Una y mil veces… https://youtu.be/Z2SieRX7Y6w?si=9OwWoU1TzGY6wYHa (Link, con algunas voces de los estudiantes).

Para pensar juntas/os el futuro de la educación, te pedimos que respondas: ¿qué educación estamos escribiendo? y/o ¿qué educación queremos escribir?

De antemano, entendemos que la pregunta se va respondiendo a lo largo del trabajo, que tiene que ver con escuelas respetuosas de las decisiones y trayectorias de los estudiantes, con una mirada amplia y con perspectiva de futuro.

Al decir de Silvia Bleichmar (2008), “la escuela tiene que ser ante todo un espacio de recuperación de sueños. Somos responsables frente a los otros, a los recién llegados, a los por- venir”. Este es nuestro compromiso ético y político. Pensar una escuela que aloje y enseñe a alojar, una enseñanza que recupere el valor por la curiosidad por aprender, en un ambiente libre de prejuicios y presiones que no tengan sentido, eduquemos  cuidando y cuidemos educando.

Somos actores importantes en el entramado social, generemos prácticas sociales que conduzcan a construir  ciudadanos que tengan la convivencia como base de la inclusión.

Link al documental completo:

EXPERIENCIAS EN EL SECUNDARIO, UN CAMINO POSIBLE, UN CAMINO LOGRADO

Bibliografía:

  • Bleichmar, S (2008). Violencia social, violencia escolar. Ed: Noveduc.
  • Brailovsky, D. (2019). Pedagogía (entre paréntesis). Buenos Aires. Editorial: Noveduc\perfiles.
  • Brailovsky, D. (2010). Pedagogía del nivel Inicial. Mirar el mundo desde el jardín. Buenos Aires. Editorial: Novedades educativas.
  • Filidoro, N (2013). Psicopedagogía: Pensar la intervención clínica en la escuela. En Problemas e intervenciones en las aulas. CABA. Editorial: Noveduc.
  • Nicastro, S. (2006).  Acerca de la mirada. En Revisitar la mirada sobre la escuela. Buenos Aires: Ed. HomoSapiens
  • Groso L. (2017). Inclusión y Discapacidad. En El desafío de la diversidad. CABA. Ed. Bonum.
  • Ley 26.378. Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad. (2008).
  • Rocha, M. (2021). Huellas y marcas de la infancia, Capítulo 5 “Destinos y posibilidades de las marcas”. Buenos Aires. Editorial: Noveduc\perfiles.
  • Rocha, M. (2022), La convivencia como base de la inclusión escolar. Buenos Aires: Ed. HomoSapiens.
  • Skliar, C. (2017). Pedagogías de las diferencias. Buenos Aires. Editorial: Noveduc\perfiles.
  • Szyber, G. (2020). El devenir paradojal de la inclusión. Alcances de su enunciación y su práctica”. En Las promesas incumplidas de la inclusión. Buenos Aires. Editorial: Noveduc\perfiles.
  • Untoiglich, Gisela (2020). Capítulo 1. Las promesas incumplidas de la inclusión. Buenos Aires. Editorial: Noveduc\perfiles.

Normativa:

  • Dirección de Educación Especial. Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. (2018) Anexo 2. Orientaciones Curriculares Configuraciones didácticas y de  apoyo.
  • Dirección de Educación Especial (2023). Enseñanzas en Plural.
  • Dirección de Educación Especial (2024). Escuelas y comunidades, aquello que supimos construir. A modo de síntesis de la gestión 2019 – 2023.
  • Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. (2017) Resolución Nº 1664. Provincia de Buenos Aires. 
  • Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. (2018). Principios organizadores del Diseño Curricular para el Nivel Primario. Diseño Curricular para la educación primaria.
  • Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. (2019). Marco Referencial de la Provincia de Buenos Aires
  • Ministerio de Educación. (2013) Serie Política Educativa, Módulo 3, los desafíos de los niveles del sistema educativo. Cuadernos de Trabajo.

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Norberto De Roia

Director Escuela Especial Hurlingham Ex docente de la UNTREF licenciatura en psicomotricidad

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